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El rey Hassan ordena la retirada del Ejército marroquí estacionado en Mauritania

El rey Hassan II de Marruecos ordenó ayer la retirada de las tropas marroquíes que se encuentran aún en Mauritania (6.000) mientras su ministro de Asuntos Exteriores declaraba oficialmente que los acuerdos de Argel entre el Polisario y el Gobierno mauritano son nulos y no comprometen en nada a Rabat. Estas dos decisiones, que constituyen la primera reacción oficial marroquí al acuerdo logrado el domingo 5 de abril en Argel entre polisarios y mauritanos, se ha visto acompañada por la aceleración de la repatriación del contingente militar que, al mando del teniente coronel Lubaris, se encontraba en Zaire desde el año pasado.

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Con la ayuda de Estados Unidos, un puente aéreo entre Shaba y Marruecos se propone haber completado para mediados de la semana próxima la repatriación de los 2.500 hombres que se encontraban en Shaba, así como su equipo y material bélico.La agencia oficial marroquí MAP dio a conocer ayer una nota del general Driss Benaissa, inspector general de las fuerzas armadas marroquíes, al jefe del Estado Mayor mauritano, en la cual le informa que, por orden del rey Hassan II, Marruecosla decidido repatriar a sus tropas en Mauritania en el plazo más breve. El general Benaissa no precisa la modalidad y los plazos de la evacuación.

La firme decisión adoptada por los medios oficiales marroquíes de no permitir que el Tiris el Garbia, el Río de Oro, que fue cedido a Mauritania por los Acuerdos de Madrid, pase al Polisario, ha suscitado diversos comentarios en Rabat en cuanto al posible destino de las tropas marroquíes que van a ser evacuadas de la zona minera mauritana de Zuerat.

Para algunos, el contingente marroquí, integrado por unos 6.000 hombres, todos ellos procedentes del cuerpo de élite de paracaidistas que habían estado destacados con anterioridad al acuerdo de defensa con Mauritania en el Sahara, podrían, llegado el caso, ser destinados a la zona que Mauritania pueda abandonar.

El anuncio de esta decisión, no obstante, debe en principio cortar los rumores de una posible intervención marroquí en los asuntos internos mauritanos, como habían sugerido algunos medios políticos.

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La prensa de Rabat, no obstante, recordaba ayer que Senegal había declarado su intención de solicitar un referéndum para la población negra del sur de Mauritania si ese país aceptaba el principio del referéndum para los saharauis de Tiris el Garbia. si esa amenaza se cumpliese, la estabilidad de Mauritania y su propia existencia como Estado, extraordinariamente dependiente de la estabilidad y el equilibrio tribal entre beidans (blancos) y negros, podría verse seriamente amenazada.

Ambiente pesimista

Es, sin embargo, el hecho de que Mauritania haya ido más lejos aún de lo que pedía la resolución de Monrovia sobre el Sahara lo que incitaba ayer, tanto a Marruecos como a Senegal, al pesimismo. El ministro del Exterior, Mohamed Bucetta, había afirmado que aun que Marruecos no reconocía la re solución de Monrovia, por entender que había sido lograda con defectos de forma y fondo, sin embargo, «el acuerdo de Argel entre Mauritania y el Polisario demostraba una despreocupación total por esa resolución, que, en definitiva, pedía la autodeterminación de las poblaciones saharauis y no la cesión pura y simple del territorio al Polisario».

Esta incertidumbre del Gobierno marroquí sobre las verdaderas intenciones de Mauritania es la que, al parecer, retiene aún una réplica más concreta de parte de Marruecos, a pesar de que desde ahora la oposición de izquierdas, al igual que los partidos oficialistas, solicitan una reacción fuerte e incluso la ocupación de Tiris el Garbia. Los socialistas, después de los comunistas, son los que han ido más lejos en sus consejos al Gobierno. Ayer, el periódico Al Moharrer, órgano socialista, solicitaba claramente «una acción militar para poner fin a las ambiciones hegemónicas de nuestros enemigos».

No obstante, la prensa marroquí, casi unánimemente, se refiere a supuestos descontentos de sectores de la población mauritana por el acuerdo de Argel. La agencia oficial de noticias MAP informaba ayer de manifestaciones de la población en Villa Cisneros (Dakhla) contra el citado entendimiento. En Dakhla es, por otra parte, donde Marruecos parece contar con mayor influencia.

Ya a principios de este año hubo en Dakhla un intento de rebelión contra los entonces aún secretos contactos del Gobierno mauritano con el Polisario. Recientemente fue detenido el prefecto de esa localidad por haberse declarado opuesto a los acuerdos de Argel con el Polisario. Sin lugar a dudas, la futura inclinación de la población de Dakhla, estratégicamente situada en caso de conflicto, será determinante para cualquier eventual acción marroquí en el Sahara mauritano.

Quizá ante estos acontecimientos el ministro del Interior mauritano emprendió ayer una campaña de explicación a la población mauritana de los acuerdos de Argel, a la par que el Gobierno recibía mensajes de apoyo de diferentes organizaciones laborales. En una declaración a la radio, el ministro del Interior dijo que la población mauritana en su conjunto estaba dispuesta y unida para hacer frente a cualquier agresión, viniese de donde viniese. Una manifestación popular a favor de la paz tuvo lugar el miércoles en el estadio de Nuakchott.

Senegal, un país que pudiera resultar clave para Marruecos en caso de una eventual confrontación, expresó ayer a través de su primer ministro, Abdu Diuf, que, visitó Rabat, el apoyo de Dakar a este país, y dijo que el presidente Senghor estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograr que la paz vuelva a la región del Magreb, y hacer que puedan reunirse el presidente de Argelia, Chadli Benjedid, y el rey de Marruecos, Hassan II.

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