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TVE perdió casi dos millones de espectadores en los últimos cuatro meses

La dirección general, que controla todos los receptores del país, intentó ocultar, en distintas ocasiones, aquellos hechos que denuncian la mala gestión de TVE, la programación que frustra las expectativas de la audiencia y los sondeos de opinión, cuyos resultados reflejan, irremediablemente, una imagen negativa del aparato televisual. Primero -enero de 1978-, un documento interno de la dirección quiso prohibir la publicación de los análisis del panel que entonces elaboraba el Gabinete de Investig4ción de Audiencia. El índice medio semanal de aceptación, que se movía - y se mueve- entre el 6,8 y 7,2, denunciaba por sí mismo el rechazo de la audiencia. Un 7,2 de media equivale, en palabras pobres y en inútil comparación escolar, a una aceptación mediocre y regular. El entonces director del Gabinete se opuso a la maniobra de censura y, al poco tiempo, fue relevado del cargo y competencias sobre el panel y estudios de contenidos de los programas hasta que solicitó la excedencia en TVE. Los resultados del panel que publica semanalmente Tele-radio omiten deliberadamente, en la actualidad, los datos relativos a la tipología de la audiencia, aparte de que la nuestra no parece equilibrada en la actualidad.En aquel mismo año, la dirección general encargaba a cuatro de las más importantes empresas españolas especializadas en sondeos de opinión un trabajo sobre el funcionamiento interno de TVE, racionalización de medios, administración y producción de programas. Los resultados debieron de ser tan alarmantes que el director general, pese a haberlo prometido, no se atrevió a facilitarlos ni a los trabajadores ni a los medios informativos. Sucedió lo mismo también el pasado año con otra importante encuesta del Gabinete de Investigación de Audiencia de RTVE sobre la imagen de TVE y las actitudes de la audiencia hacia su programación. La dirección convocó una conferencia de prensa para facilitar los resultados que se referían a la imagen específica de los grandes. sectores de la programación o géneros de programas. Lo que no se supo, hasta hoy, es que la dirección general había prohibido y censurado la divulgación de la primera parte de la encuesta, casi un centenar de folios sobre el perfil ideológico de RTVE desde la perspectiva de su audiencia o, en otros términos, el estudio de la imagen de la institución RTVE y de las actitudes sobre su funcionamiento en cuanto «organismo de la Administración del Estado», «empresa pública» y «centro de trabajo». Según aquellos datos, el ciudadano español considera a TVE como una institución reaccionaria y está convencido de que existía corrupción en el medio, amén de otros pormenores.

Con estos precedentes de censura y ceguera ante las investigaciones científicas, no extraña que la dirección general trate de ocultar el más grave de los problemas de TVE durante el actual mandato y que es la más feroz crítica a la gestión del ex director Miguel Martín y de su equipo: según la última entrega del Estudio General de Medios -empresa que investiga colectivamente las audiencias para agencias de publicidad, medios y anunciantes y cuyos datos son reservados a los socios-, TVE ha experimentado una pérdida de audiencia de 2,5 puntos. Este descenso, observado ya en este último trimestre, se traduce, según nuestros cálculos, en una disminución por término medio de 1.104.000 telespectadores, sobre una cifra media habitual de trece millones de telespectadores, que se eleva, en algunos tramos horarios, a los dos millones de telespectadores. El hecho de que aproximadamente dosmillones de españoles -es decir, más del 15% de la audiencia real- no vean los programas de TVE en determinadas horas, significa un considerable rechazo del servicio público, incluidas la gestión y la programación, y se traduce en la consideración de que TVE ya no prevalece, en la misma medida, sobre las demás alternativas de ocio.

La dirección general intenta ahora que no se conozcan los datos del Estudio General de Medios, que no se sepa que dos millones de españoles están ya hartos de TVE, de sus programas y de sus directivos. Mientras tanto, están previstas unas subidas para los programas de publicidad, que se emitirán a partir de enero, al objeto de paliar la reducción de los minutos de publicidad. Pero las agencias y sus clientes que, de momento, son la más importante fuente de financiación del medio, lo pensarán muy bien ante la grave pérdida de usuarios de la única y mejor televisión de España.

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