Mauritania pide a Marruecos que evite cualquier incidente en el sur del Sahara

El Gobierno mauritano solicitó ayer a Marruecos que evite cualquier incidente desagradable en Tiris el Garbia, a la par que tranquilizaba a Rabat y reiteró que el acuerdo recientemente firmado en Argel con el Polisario no va dirigido contra el reino alauita.

Mientras tanto, Francia parece estar jugando un papel de mediación importante y en las últimas horas el presidente Valery Giscard d'Estaing ha recibido en París al jefe del Estado de Mali, Mussa Traore, que anteriormente se había entrevistado en Argel con el presidente Chadli. Giscard, que fue informado a priori por Mauritania de su decisión de abandonar la zona sur del Sahara, puede entrevistarse esta semana con el primer ministro senegalés, que se encuentra actualmente en Rabat.Thiam el Hadj, ministro de la Juventud y portavoz interino del Gobierno mauritano, declaró ayer, a través de la radio mauritana, que el acuerdo firmado el domingo pasado en Argel entre Mauritania y el Polisario no va contra Marruecos y, por tanto, no debe poner en entredicho las relaciones privilegiadas que Nuakchott siempre ha sostenido con todos sus vecinos. El ministro mauritano precisó, no obstante, que su país se defenderá de cualquier agresión, venga ésta de donde venga.

Los acuerdos citados fueron ratificados el martes por el Consejo Militar de Salvación Nacional (CMSN) en Nuakchott, y el mismo portavoz explicó que su Gobierno se propone emprender una amplia campaña de divulgación de los acuerdos con el Polisario, tanto entre la población mauritana como internacionalmente.

Esas seguridades que Mauritania parece querer dar a Marruecos no impiden, sin embargo, que los acuerdos sean considerados en Rabat no sólo como una capitulación de Mauritania, sino como una traición hacia Marruecos. Oficialmente, sin embargo, el tono, tanto con respecto a Mauritania como a Argelia, es mucho más moderado de lo que deja traslucir la prensa y los comentarios oficiosos.

En su reunión extraordinaria del pasado martes, el Consejo de Ministros marroquí, reunido bajo la presidencia del rey Hassan II para analizar la nueva situación creada tras el entendimiento Polisario-Mauritania, se limitó a informar públicamente que se enviarán emisarios a los países miembros de la OUA y las Naciones Unidas con el dossier marroquí sobre el Sahara.

La situación, no obstante, no deja de ser preocupante o, mucho más que preocupante -como dijera el primer ministro senegalés Abdu Diuf a su llegada ayer a Rabat-, angustiante. El primer ministro senegalés trajo un mensaje del presidente Senghor para el rey Hassan II. Senghor se había manifestado contrario a que se diese por terminado el caso del Sahara con la votación de la cumbre de Monrovia y sostiene la tesis de que es necesario y urgente un encuentro entre el presidente argelino Benjedid Chadli y el rey Hassan II de Marruecos. El diario Le Soleil, de Dakar, expresaba, en su último número, el temor de que el reciente acuerdo saharaui-mauritano, en vez de servir para la paz en la región, fuera un detonador de la guerra.

Mediación francesa

En medio de una situación imprevisible, parece perfilarse una mediación francesa al más alto nivel. Después de la visita que efectuó a París la semana pasada el ministro mauritano de Exteriores, Uld Abdallah, el presidente de Mali, Mussa Traore, miembro del comité de notables que elaboró la propuesta de recomendación sobre el Sahara, que fue aprobada en la cumbre de la OUA, fue recibido ayer por el presidente francés, Giscard d'Estaing. Horas antes se había entrevistado con su homólogo argelino; Chadli. Dentro del marco de esta casi evidente mediación, el primer ministro senegalés ha expresado en Rabat su intención de viajar a París, después de que sea recibido por el soberano marroquí.Como reflejo del interés francés en la evolución del conflicto del Sahara, varias unidades navales francesas se encuentran, al parecer, desde hace unos- días en el puerto sureño marroquí de Agadir. Se estima en los medios políticos de Rabat que una eventual ocupación por Marruecos de Tiris el Garbia, si éste es cedido por Mauritania, necesitaría el apoyo de Washington y París, lo cual no se cree, por el momento, absolutamente garantizado.

Desde el punto de vista militar, el traslado de la confrontación a la zona de Tiris el Garbia, en pleno espacio vacío sahariano, necesitaría una reorganización del dispositivo marroquí y, por lo menos, la necesidad para el Ejército de Rabat de disponer de una base de apoyo en la ciudad de Dakhla. Asimismo, si la confrontación fuese con Argelia, este país tampoco podría hacerle frente sin contar con otra base que, por el momento, sólo se puede imaginar en la ciudad mauritana de Attar.

En medio de estas especulaciones sobre posibles escenarios de una confrontación, la prensa marroquí acusa a Libia de estar detrás de la más reciente evolución en el conflicto. El diario Le Matin, próximo a palacio, expresaba ayer en un editorial que en realidad el verdadero acuerdo de paz entre polisarios y mauritanos fue el firmado a principios de mayo en Libia y que, bajo las presiones argelinas para hacer salir a Libia del tema, se ha vuelto a firmar otro en Argelia.

La oposición marroquí, sin embargo, va mucho más lejos que la opinión oficial, y, en particular, el secretario general del Partido Comunista marroquí, Alí Vata, hacía ayer en un editorial de su diario un apenas velado llamamiento a la intervención marroquí en Mauritania y Tiris el Garbia. El dirigente comunista consideraba totalmente insufi.ciente la decisión del Gobierno marroquí de volver a explicar el dossier del Sahara y reiteraba su postura de que es necesario un cambio radical de estrategia, así como la formación de un nuevo Gobierno de unión nacional y la movilización de todo el país.