Un asalto
Desde hace varios años ocupo habitualmente, de forma totalmente legal y autorizada por el Instituto Nacional de la Vivienda, la vivienda sita en la calle de los Cedros, 130, en la que tengo establecido mi domicilio. Sobre este dato pongo por testigos a los vecinos y al administrador que el Instituto Nacional de la Vivienda tiene en el barrio.El pasado día 26 de junio sufrí un grave accidente de trabajo por el que aún continúo internado en un sanatorio, y fue aquí donde tuve conocimiento, a través de varios vecinos, de que mi vivienda había sido materialmente asaltada y allanada por una familia de varios miembros, que para entrar forzaron puertas y ventanas y se apoderaron de todos los muebles y enseres de mi propiedad, allí existentes; ante lo que no tuve más alternativa que la de denunciar, a través de mis familiares, ya que físicamente estoy actualmente impedido, los hechos a la policía, que inmediatamente intervino poniendo los hechos en conocimiento del juzgado de guardia, que instruye las correspondientes actuaciones por el allanamiento de mi vivienda.
En mi vivienda no existe ningún bien cuya procedencia no sea perfectamente lícita y todos los he adquirido con el sudor y el esfuerzo de mi trabajo.
Todos los pormenores que se contienen en la información que publicó EL PAIS el pasado día 15, acerca de los signos de infrautilización, los objetos que al parecer hallaron los asaltantes de utilización poco clara, los electrodomésticos, las cajas de galletas, botes de leche condensada, las bolsas con polvos, etcétera, los considero como aditamentos a una información claramente tendenciosa contra mi persona y que no parece perseguir otro fin que ensalzar y justificar el asalto a mi vivienda por parte de unos chabolistas, denigrando la buena fama, el honor y la dignidad de su legítimo ocupante, trabajador empleado del Banco de España, en el momento en que se encuentra intemado a consecuencia de graves lesiones por accidente de trabajo.
Respecto del dinero de mi propiedad encontrado en mi vivienda por los asaltantes, el dar cifras en su información es puro sensacionalisrno y puedo asegurar que no estaba, como es fácil suponer y contrariamente a su información, descuidadamente tirado en una cama, sino perfectamente guardado bajo llave, y de ello deduzco que no sólo no se conformaron con asaltar la vivienda, sino que debieron rebuscar hasta en el último rincón, lo que ya no sé, es si con ánimo de hacer inventario o, corno es más fácil prever, con ánimo de apoderarse de todo.
Según los vecinos, para festejar la hazaña, los asaltantes, colaboradores y admiradores se pegaron el gran festín con los alimentos y bebidas que había en la vivienda, tirando al patio los restos, latas y envases, lo que ha provocado protestas de los colindantes, que se dirigieron a la administración del barrio en solicitud de ayuda para su limpieza.
Confío en que los tribunales apliquen lajusticia para que me sea restituido el libre y pacífico goce de mi domicilio y los bienes de mi propiedad, y, asimismo, el que esta nota contribuya a reparar mi dignidad personal, mi honor y mi honra, que con la información de ustedes se ha pretendido deteriorar.
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