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La reducción de producciones de petróleo y la caída del dólar desequilibran el mercado de crudos

Después de un mes de cierta tranquilidad en el mundo del petróleo, a lo largo del cual se ha ido asimilando y repercutiendo el impacto de la elevación de precios decretada por la OPEP el pasado mes de junio, ha vuelto la inquietud al sector, fruto de las expectativas de una nueva conferencia extraordinaria de los exportadores, así como de la reducción de producciones decidida por algunos países en base a razones no demasiado clarificadas.

La fijación de nuevos precios decidida en Ginebra el pasado junio supuso un nuevo golpe serio para las economías dependientes del petróleo. Sin embargo, se produjo un respiro de alivio ante la posibilidad de que el mercado, aunque a precios altos, quedara estabilizado. La falta de dos millones de barriles diarios de crudo se compensó mediante un aumento de la producción saudita, una reducción de stocks en los grandes consumidores y las expectativas de una reducción de consumos en esos mismos países. Sin embargo, a lo largo de las últimas semanas, en que el equilibrio del mercado parecía próximo y los precios en los mercados libres iban cayendo a cotas más aceptables, se han producido una serie de hechos que han devuelto la inquietud al mercado.Por un lado, países como Nigeria y Argelia han anunciado, con más o menos justificaciones, recortes en su producción del orden del 10% al 20%, que supone un impacto en el mercado de 400.000 a 800.000 barriles diarios menos de los previstos. Argelia ha señalado que su baja de producción se debe a razones técnicas y que ha sido comunicada a los clientes con tiempo. Por otro lado, la entrada en producción de nuevos campos, sobre todo en México, atraviesa dificultades también técnicas por diversos sucesos desafortunados (incendio en un campo) y por la propia complejidad del tema.

A este fenómeno que vuelve a desequilibrar el mercado se une otro más o menos previsto, que es el proceso de depreciación del dólar. Los países de la OPEP señalaron en la reunión de Ginebra que una depreciación del dólar superior al 5% supondría tener que revisar los precios del petróleo e incluso desvincular éstos de la divisa americana para ponerlos en relación con un conjunto de monedas fuertes que garanticen la estabilidad de los ingresos de los exportadores de petróleo.

La caída del dólar, contenida en los últimos días, ha sido del orden del 3,5%, y existe temor de que llegue a sobrepasar el temido 5% y fuerce a los países de la OPEP a reajustar de nuevo sus políticas, con grave perjuicio para los países consumidores.

Elementos de optimismo

Medios petrolíferos españoles señalaban ayer que la reducción de producciones y la caída del dólar son realmente temas de inquietud por el futuro del petróleo. Sin embargo, apuntaban con optimismo la posibilidad de que Irán consiga estabilizar su producción y recuperar niveles próximos a los de antes de la crisis impuesta por su revolución islámica. Al parecer, los campos iraníes necesitan únicamente la vuelta de técnicos extranjeros para volver al vigor del pasado año. Directivos de la NIOC (compañía nacional) buscan a estos técnicos y esperan una normalización de la producción para antes de que acabe el año.

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