ENDESA y FENOSA negocian una asociación para producir electricidad con el carbón del Bierzo
ENDESA, primera empresa pública del sector eléctrico, que se sitúa en primera división en cuanto a producción de electricidad, aunque no la distribuya a consumidores finales, ha iniciado un proceso de acuerdo con Fenosa -sociedad privada- para repartir sus intereses en la térmica de carbón del Bierzo. El acuerdo supondría un retroceso de la sociedad pública.
Un acuerdo de principio, encaminado a alcanzar una asociación entre la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), del grupo INI, y Fuerzas Eléctricas del Noroeste (FENOSA), del grupo del Banco Pastor, se encuentra ya ultimado y pendiente de ratificación por el consejo de ENDESA y el Instituto Nacional de Industria, según han señalado a EL PAIS fuentes solventes. Este acuerdo estaría centrado en principio en la construcción de dos grupos (IV y V) de la central de Compostilla, adjudicados hace varios meses a ENDESA por el Ministerio de Industria y Energía. Un último grupo (el VI) había sido adjudicado también a FENOSA, para ser ubicado en la comarca del Bierzo (en Aullanes del Sil), de cuyas minas, procede el carbón que abastece a la central.La operación se ha planteado a iniciativa del actual presidente de la empresa nacional, Pedro López Jiménez, vinculado al ala liberal de UCD, ex subsecretario de Obras Públicas y antiguo empleado de Hidroeléctrica Española. Según las fuentes consultadas por EL PAIS, esta operación no está siendo contemplada con agrado en el INI. Los directivos del holding estatal rechazaron en un primer momento la tesis inicial del presidente de ENDESA, quien proponía que la asociación se realizara al 50%, indicando que apartarse del esquema mayoritario para el sector público era impensable en estos momentos. Otras condiciones del acuerdo de principio, propuestas por el señor López Jiménez, fueron igualmente puestas en cuestión por los directivos del holding estatal. Las mismas fuentes han indicado que, sin embargo, la operación se contemplaba favorablemente en otras áreas de la Administración, incluida la Comisaría de la Energía.
Los valedores de la asociación ENDESA-FENOSA aducen la necesidad de buscar un apoyo para la empresa pública que atraviesa en estos momentos una grave situación financiera, directamente derivada de la deficiente estructura de capital que posee la sociedad.
Dificultades de ENDESA
Las limitaciones impuestas por el Gobierno a la apelación de las empresas del grupo INI a la financiación exterior y la negativa del Banco de Crédito Industrial a formalizar los créditos previstos en el acta de acción concertada han colocado a ENDESA en una situación de práctica imposibilidad de atender las inversiones previstas para la construcción de los dos grupos (IV y V) de la central de Compostilla, cuya inversión rebasaría los 35.000 millones de pesetas hasta 1981. Las limitaciones en materia de crédito exterior privaron a la empresa de una buena parte de sus previsiones de financiación para el presente año, tanto en los programas de inversión y gastos financieros, como en la financiación de stocks de carbón, lo que ha determinado la interrupción de las admisiones de carbón procedente de la comarca del Bierzo. Por otra parte, de los 9.600 millones de pesetas previstos en la acción concertada, 3.000 millones de pesetas fueron negados por el Banco de Crédito Industrial porque, según fuentes solventes, la concentración de riesgo de la banca oficial en ENDESA es excesiva. A estas circunstancias hay que añadir las dificultades surgidas en la colocación de la emisión de obligaciones (4.000 millones) del presente año.
La situación financiera de ENDESA es altamente delicada. La relación entre recursos propios y ajenos es de cinco a uno. El volumen de sus fondos propios es de apenas 18.000 millones de pesetas (11.500 de capital), lo que, comparado con otras sociedades eléctricas (Unión Eléctrica posee 56.000 millones y FENOSA, 48.000) resulta irrisorio. El volumen de endeudamiento es actualmente de más de 85.000 millones de pesetas. El ritmo de los gastos financieros es hasta el momento creciente. En el presente año deben reembolsarse 10.000 millones, y en los cuatro siguientes la cifra alcanza los 14.000 millones anuales.
Sin embargo, las perspectivas a medio plazo son esperanzadoras, según algunos expertos. Ya actualmente, la autofinanciación (propia más aportación del INI a sus inversiones) se aproxima al 50% del total de necesidades Financieras de cada ejercicio. Esta situación tiende a mejorar -indican fuentes próximas al INI-, por cuanto los objetivos de auto financiación estricta están fijados en 10.000 millones de pesetas para 1982, año en el que los cálculos de producción de energía eléctrica se fijan en 20.000 millones de kw/h, por año. Las previsiones de inversión para los próximos años se sitúan en tomo a los 20.000 millones de pesetas anuales.
En estos momentos, el proyecto de asociación con FENOSA se encuentra hibernado como consecuencia de la inactividad que, en términos generales, invade al sector público durante el mes de agosto. Las opiniones en contra del mismo son muy notables, especialmente en el seno del equipo directivo del INI, tanto en lo que se refiere al planteamiento de fondo de la operación como en los términos en que la empresa privada preten de plantearla. El primer modelo de acuerdo señalaba la entrada de ambas sociedades al 50%, punto que posteriormente se ha corregido asegurando la mayoría (51%) para la sociedad estatal. Otras cláusulas del acuerdo también están siendo sometidas actualmente a revisión por los directivos del INI, a pesar de que un documento de intenciones ha sido ya suscrito por el presidente de ENDESA y el director general de FENOSA, en el que se expresa la reserva de que el INI debe autorizar ineludiblemente la operación.
Freno al sector público
La asociación entre FENOSA y ENDESA plantea nuevamente la dialéctica entre las vertientes pública y privada del sector eléctrico. Tradicionalmente, las sociedades privadas han mirado con recelo el desarrollo de ENDESA, impulsora en el país en la construcción de centrales de producción de energía eléctrica a partir de carbón. Una vez superadas las dificultades técnicas iniciales, la Empresa Nacional de Electricidad ha entrado en una fase de producción rentable, aunque sus ejercicios se encuentren seriamente gravados por las importantes cargas financieras que su deficiente estructura de capital comporta. Algunas opiniones recogidas estiman que, tras los deseos de FENOSA de entrar en ENDESA, subyace la intención del sector eléctrico privado de frenar la expansión de la empresa pública, que cuenta ya con tres importantes centrales de carbón (Puentes de García Rodríguez, Compostilla y, Andorra) y estudia actualmente la instalación de una nueva en la provincia de Granada, a partir de unos importantes yacimientos carboníferos recientemente descubiertos.
En el caso concreto de FENOSA, su interés por lograr la asociación parece obvio. La situación de las centrales de Puentes (Coruña) y Compostilla (León) hace que la presencia de ENDESA en el área tradicional de influencia de FENOSA preocupe, en cierto modo, a sus dirigentes. La capacidad de producción de FENOSA es, a todas luces, insuficiente no sólo ya para atender las posibilidades de expansión que presenta el mercado gallego, sino incluso para la realidad presente. Así, por ejemplo, la compañía gallega debió ceder el suministro del importante complejo de aluminio-alúmina a Hidroeléctrica Española por no disponer de capacidad de producción suficiente para garantizar el suministro al complejo, gran consumidor de energía eléctrica.
Presión política
En el planteamiento y resolución del tema se insiste en diversos medios que va a pesar fuertemente el condicionamiento político derivado del apoyo financiero prestado por el sector eléctrico a UCD (más de 1.000 millones de peseltas) en la campaña electoral que precedió a los comicios legislativos del pasado marzo, cuyo primer exponente han sido los retoques efectuados a última hora por el Grupo parlamentario de UCD al proyecto de plan energético remitido por el Gobierno y a punto de aprobación por el Congreso.
El debate final del PEN en el Parlamento se producirá, previsiblemente, mañana como punto final del Pleno, que comenzó esta semana. Las peculiaridades del PEN suponen que para su aprobación se voten resoluciones de los distintos grupos parlamentarios que contienen las recomendaciones al Gobierno para el desarrollo de la política energética. Los temas claves de las resoluciones se refieren al programa nuclear y a la creación del Consejo de Seguridad Nuclear, y al desarrollo y futuro de CAMPSA y de las participaciones estatales en el sector energético. Este último punto parece que concentrará la atención de la Cámara y de buen número de intereses a lo largo de los próximos meses. En torno al sector energético se debaten decisiones de gran trascendencia económica y se ha producido un pulso entre el sector público y privado, que dará la medida del Gobierno en cuanto al papel de ambos
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