Más ayuda material y falta de soluciones políticas, balance de la conferencia sobre refugiados
«No se puede hablar de un fracaso, pero tampoco un éxito. Se trata de un problema humanitario, que inevitablemente necesita de soluciones políticas en el futuro. En lo estrictamente humanitario, se consiguió lo que se sabía de, antemano, es decir, la ratificación de ofertas hechas por un gran número de países para acoger a corto y medio plazo a los actuales refugiados del sureste asiático, junto a donaciones en dinero que sigan permitiendo que el alto comisionado para los refugiados de las Naciones Unidas (HCR) pueda operar eficientemente en esa región del mundo.»
«En lo político, en vez de anticipar medidas para evitar que aumente la corriente emigratoria, los países protagonistas exhibieron sus rotundas discrepancias, incluidos Estados Unidos y la Unión Soviética. La primera de estas potencias no puede negar los daños de una guerra, y la segunda, su calidad de aliado incondicional de la política de Hanoi.»De esta manera, bastante precisa, resumió para EL PAIS el representante de un país de Europa occidental, que pidió permanecer en el anonimato, la conferencia de las Naciones Unidas sobre los refugiados del sureste asiático.
El segundo y último día de la conferencia estuvo marcado por los discursos políticos y proposiciones concretas del vicepresidente de Estados Unidos, Walter Mondale, y el viceministro soviético de Asuntos Exteriores, Nicolas Firioubine. También en ese marco debe mencionarse la intervención del ministro australiano de inmigración, Michael Mackellar, que hizo ver la necesidad de una acción política «contra prácticas inhumanas que provocan el éxodo de cientos de miles de personas de los países de Indochina».
Walter Mondale sostuvo ante el plenario de la conferencia que «la política cruel e irresponsable del Gobierno de Hanoi obliga a innumerables ciudadanos a abandonar todo lo que ellos aman y veneran, y a arriesgar sus vidas huyendo hacia lo desconocido». «Hay que poner en marcha un programa de emigración humanitaria», agregó, «además de poner fin a la política de la expulsión de los ciudadanos, que practica Hanoi y que es causante de la muerte de miles de individuos.» Mondale abogó por un plan que permita, a los que lo deseen, «emigrar libremente en condiciones de seguridad».
El vicepresidente de Estados Unidos pidió a los «países de tránsito» que amplíen durante un tiempo más la recepción de los nuevos refugiados que huyen, en «centros especiales», y propuso concretamente la creación de un fondo internacional para posibilitar la instalación de los expatriados en los países dispuestos a arcogerlos en forma definitiva.
Anunció que, de prosperar la proposición de su Gobierno, el presidente Carter pedirá al Congreso norteamericano una donación de veinte millones de dólares para esos efectos, proponiendo que el fondo internacional alcance a los doscientos millones de dólares. También anunció que la Marina norteamericana, por decisión del presidente de Estados Unidos, seguirá operando en los mares de la China hasta salvar a todos los refugiados en peligro de naufragio.
Por su parte, Nicolas Firioubine, que encabezó la delegación soviética, sostuvo que el mejor medio para solucionar el problema de los emigrantes de Vietnam es agilizar el acuerdo concluido entre el Gobierno de Hanoi y el Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, consistente en la partida metódica y en condiciones de seguridad de los ciudadanos que solicitan abandonar el país. «Mientras tanto», agregó, «es necesario que se ponga término a las provocaciones y amenazas contra la República Socialista de Vietnam, como asimismo que se terminen las injerencias en los asuntos interiores de ese país, destinadas a incitar a abandonar Vietnam a las personas étnicamente chinas. Esas personas», afirmó, «se van por la instigación del exterior para después acusar al Gobierno de Hanoi de opresión a las minorías. »
El viceministro soviético condenó la «supresión o reducción» de la ayuda económica a Vietnam, «decidida por varios países».
Nicolas Firioubine, después de entrar en detalle sobre la asistencia soviética a los países indochinos «arruinados por las guerras», se pronunció a favor del establecimiento en territorio vietnamita de un «campo de espera y selección» de los ciudadanos que deseen abandonar el país. La delegación vietnamita, veinticuatro horas antes, aceptó este proyecto como tema a discutir.
En el curso de los próximos días, el Alto Comisionado deberá sintetizar todas las proposiciones hechas en la conferencia, para realizar posteriormente consultas a nivel internacional e iniciar nuevos programas de acción.
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