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El hombre moderno sigue envenenándose con plomo

El Occidente industrializado se hundirá por los mismos motivos que el antiguo imperio romano, según profetiza el austríaco Wilhelm Gabler. Según éste, el gran imperio de la antigüedad no se hundió por la vida inmoral de sus habitantes, sino por envenenamiento de plomo.En la Roma antigua se usaban cuatro kilos de plomo por persona al año para adulterar el vino con sales de plomo, conductos de agua y vidrios.

La consecuencia de este abuso era la esterilidad de los hombres, una mortalidad alta y el aumento de las enfermedades cerebrales.

En la actualidad el plomo llega al cuerpo humano por los gases de escape, pinturas de plomo, alimentos y el agua, a través de la piel, la ingestión y la respiración.

Es un veneno peligroso que afecta a todo el organismo y no puede ser eliminado por completo por los riñones. Reduce la defensa del cuerpo contra las afecciones de todo tipo y, por tanto, fomenta también el cáncer.

Este metal pesado afecta al sistema nervioso, causa daños en el músculo cardíaco, los riñones y el esperma, y crea defectos en los cromosomas.

Hasta los veintiocho años de edad, los habitantes de las ciudades acumulan en el cuerpo un verdadero depósito de plomo, parte del cual se almacena en los riñones, el hígado y la piel, y, en último lugar, en los huesos.

Solamente las mujeres disponen de una posibilidad de eliminación del plomo, durante el embarazo, pero en perjuicio de la vida nueva.

El cuerpo del recién nacido está más contaminado que el de sus padres. Si bien es verdad que después del nacimiento se reduce progresivamente el nivel de plomo en el organismo, vuelve a ascender a causa de la contaminación del medio.

Los médicos advierten que podría ser uno de los factores causantes de varios trastornos, como la falta de concentración e inteligencia deficiente en algunos niños.

Gabler propone reducir el contenido de plomo de la gasolina y prohibir el cultivo de verdura y fruta cerca de las carreteras.

El control permanente de las personas que se exponen a un mayor peligro por su profesión, como taxistas y policía de tráfico, sería necesario.

Las mujeres encinta tendrían que someterse a una cura especial para eliminar el plomo del cuerpo. Lo ideal sería que viviese en el campo durante todo el período de gestación.

Los niños pequeños tienen que evitar las calles céntricas en las horas de tráfico máximo y los alimentos enlatados, así como la leche en polvo.

La leche y la fruta y verdura frescas, ricas en vitamina C, ayudan al cuerpo a eliminar el citado elemento contaminante.

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