En varias estaciones de Metro, el agua subió por encima de los andenes

Casi la totalidad de las líneas de la red del Metropolitano y numerosos puntos neurálgicos de Madrid sufrieron ayer grandes inundaciones como consecuencia de la fuerte tormenta que cayó en la ciudad después de las cuatro de la tarde.

La estación del Metro de Noviciado, en la línea número 1 (Plaza de Castilla-Portazgo), sufrió una inundación que elevó las aguas a más de un metro sobre el nivel de los andenes, por lo que estuvo 45 minutos con la circulación interrumpida. Las líneas 2 (Ventas-Cuatro Caminos) y 4 (Argüelles- Esperanza) recibieron también la avalancha de las aguas y, a partir de las 5.25 de la tarde, la primera, y de las 5.45, la segunda, quedaron interrumpidos, sobre todo la estación de La Paz, en la calle de Arturo Soria, la de Banco de España, en la plaza de Cibeles, y las del barrio de Vallecas.Los bomberos recibieron cientos de llamadas de casi todos los barrios en petición de auxilio por inundaciones en sótanos y pisos bajos, sobre todo en Vallecas, barrio del Pilar, zona sur de la M-30, Ciudad Lineal y San Blas. Según han comunicado a EL PAÍS, en sus intervenciones se han visto obligados a utilizar todos sus vehículos de desagüe, aunque no ha habido que lamentar desgracias personales.

La zona de la M-30 cercana al puente de los Tres Ojos quedó totalmente bloqueada por las aguas, hecho que provocó un enorme atasco en la circulación.

En algunas de las intervenciones de los bomberos, éstos se han visto obligados a utilizar barcazas, ya que las calles eran auténticos ríos.

En zonas como el paseo de la Castellana, Cibeles, puente de los Franceses, Cardenal Cisneros y puente del Rey, el tráfico de vehículos estuvo cortado durante el tiempo en que cayó la tormenta, y en algunos puntos, los cortes duraron hasta bastante tiempo después.

Según datos del Observatorio Meteorológico, la tormenta, acompañada de truenos y aparato eléctrico, duró una hora y cuarenta minutos, aunque la fuerte lluvia se registró durante una media hora. En ese tiempo fueron recogidos en las instalaciones del observatorio de la Ciudad Universitaria 9,6 litros por metro cuadrado, cantidad bastante considerable para la duración de las precipitaciones.

Unas quince chabolas del barrio de California, habitadas por familias gitanas, quedaron destruidas por la tormenta, sin que se hayan producido víctimas, por la rápida intervención de los bomberos.