Eanes iniciará la próxima semana las consultas sobre el nuevo Gobierno portugués

El presidente portugués, general Ramalho Eanes, iniciará la próxima semana las consultas para la formación de un nuevo Gobierno, que presentará al Parlamento portugués un «programa de gestión», cuyo punto esencial será la preparación de las elecciones legislativas «intercalada».El nuevo Gabinete no deberá incluir las personalidades más polémicas del anterior elenco, como los ministros de Información y Agricultura, y se espera que pueda entrar en funcionamiento antes de finales del mes de julio. El presidente Eanes formalizará entonces la anunciada disolución del Parlamento, fijando las elecciones para tres meses después.

El discurso pronunciado por el presidente Eanes para anunciar al país la solución escogida para la larga crisis política portuguesa, no ha traído elementos nuevos para el análisis de la situación. Por un lado, el general Eanes subrayó que «los años difíciles» que se aproximan, con los graves reflejos de la crisis energética sobre la ya débil economía portuguesa, no se combaten con Gobiernos «frágiles y permanentemente preocupados de su propia supervivencia». Por otra parte, el jefe del Estado no ocultó su preocupación frente a la perspectiva de una campaña electoral continua de más de dieciocho meses, sobre todo teniendo en cuenta la alta probabilidad de que el i nuevo Parlamento presente una composición muy semejante a la del anterior, es decir, sin mayoría parlamentaria clara.

La reafirmación, por parte del jefe del Estado, de su decisión de impedir, a todo precio y en todas las circunstancias, la anulación de las elecciones generales previstas en 1980, y de oponerse a fa revisión anticipada de la Constitución, ha sido acogida con satisfacción por el Partido Comunista, que saluda como perfectamente constitucional la actitud adoptada por el jefe del Estado.

Críticas a la disolución del Parlamento

Para los socialistas, estas promesas no compensan la responsabilidad asumida por el jefe del Estado al disolver el Parlamento, decisión que interpretan como una concesión inexplicable a un sector muy minoritario del Parlamento y de la opinión pública.Para los partidos de Alianza Democrática (Social Demócrata, Demócrata Cristiano y Monárquico), no se justifican las medidas previas de formación de un Gobierno y discusión de su programa en un Parlamento al que niegan toda representatividad. Ya han inventado una expresión para caracterizar el proceso así iniciado: se trata de una «disolución a cámara lenta», que permite sospechar que el jefe del Estado trata aún de ganar tiempo con no se sabe qué finalidad.