Tres mil personas en el funeral por las víctimas del incendio de Zaragoza
Setenta y dos muertos, más de setenta heridos y tres desaparecidos parece ser la cifra definitiva de víctimas en el incendio del hotel Corona de Aragón.Ayer, viernes, veinticuatro horas después de la tragedia, empezaron a llover aquí las consideraciones en torno al estado de nuestros dispositivos de seguridad ciudadana.
Sin embargo, y a pesar de las horas transcurridas desde el siniestro, el Gobierno Civil de Zaragoza se ha vuelto a ver obligado a desmentir los rumores que hablan sobre la posibilidad de que el incendio hubiera sido provocado por un atentado terrorista. Estos rumores han tomado cuerpo de manera especial en algunos círculos militares de la capital aragonesa, en donde en las últimas horas se ha podido observar un cierto nerviosismo.
Fuentes directas de la Capitanía General de la región militar de Zaragoza han desmentido categóricamente, a primera hora de la tarde de ayer, algunas noticias que hablan sobre unos supuestos incidentes registrados ayer en la Academia General Militar, protagonizados por cadetes de este centro castrense y por efectivos de la Policía Militar. Asimismo otras fuentes aseguraban ayer que varios generales y tenientes generales que asistían el jueves a los actos de entrega de despachos en la Academia llegaron a establecer contacto telefónico con la Moncloa en términos muy duros, todo ello relacionado con los rumores que apuntan hacia el incendio como un hecho supuestamente provocado.
Por su parte, el alcalde de Zaragoza, transcurridos los primeros momentos de nerviosismo, aseguró a EL PAIS que sus palabras del jueves por la mañana fueron mal interpretadas, debido a que su convencimiento es de que tanto el hotel siniestrado, corno los demás hoteles de Zaragoza y del resto del país, se encuentran en similares condiciones de seguridad, entre otras cosas porque hasta ahora nadie o casi nadie ha dictado normas claras al respecto. «Habrá que tomar medidas», dijo el señor Sainz de Varanda, «y si es preciso, dar órdenes de cierre a todos los establecimientos públicos que no cuenten con las garantías precisas de seguridad.»
Respecto al tema de las medidas de seguridad, el ministro de Comercio y Turismo, señor García Díez, manifestaba en Zaragoza y a través de la televisión, que en el hotel siniestrado existían tres escaleras de incendios cuando, en realidad, lo que había eran meras escaleras interiores, tanto las de los clientes del hotel como las correspondientes al servicio, pero no había ninguna escalera exterior que pudiera haber sido utilizada en caso de siniestro.
Otro tema que ha quedado abierto a nivel de polémica en las últimas horas ha sido el de las compañías aseguradoras. En una reunión celebrada en el Colegio de Agentes de Seguros de Zaragoza se han planteado ciertas dudas sobre el verdadero origen del siniestro del hotel Corona de Aragón.
Funerales por las víctimas
Ayer, al mediodía, se celebraban en Zaragoza dos funerales por las víctimas del incendio. El primero, organizado de manera exclusiva por las autoridades castrenses, se aplicó a las víctimas militares y a sus familiares. El segundo -al que asistieron unas 3.000 personas-, fue organizado por el Ayuntamiento en la catedral de la Seo y oficiado por el arzobispo de Zaragoza. Contrariamente a lo manifestado horas antes, al funeral convocado acudió el gobernador civil de la provincia, quien horas atrás, al ser requerido por las autoridades municipales sobre este tema, había manifestado «no estoy para funerales».
En la mañana de ayer se contabilizaron varios comunicados de partidos políticos y centrales sindicales sobre el siniestro del hotel Corona de Aragón y sus consecuencias. Fuerza Nueva, en una nota dada a la prensa, pidió que se abra una investigación oficial sobre las causas del incendio.
Mientras tanto, en el depósito de cadáveres del Instituto Anatómico Forense de Zaragoza todavía permanecían cuatro cuerpos sin identificar. Los restantes han sido trasladados a la cámara frigorífica del cementerio de la ciudad, desde donde están siendo reexpedidos a sus lugares de origen.
A media tarde de ayer eran ocho los heridos gravísimos por cuyas vidas se temía, distribuidos en cuatro centros sanitarios de Zaragoza. Entre estos heridos gravísimos se encuentran la esposa del general Vigón, el futbolista Badiola y la esposa del teniente coronel Queipo de Llano, el cual falleció el jueves como consecuencia de las quemaduras sufridas en el incendio.
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