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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los psicólogos, ¿para qué?

Cada vez que se presenta a nivel sociocientífico la posibilidad de demostrar la utilidad de la Psicología, nos encontramos con la eterna pregunta: ¿serviremos alguna vez para algo los psicólogos?Hasta ahora, el tema a cuestionar era la Psicología, sobre todo en su rama clínica. En el VI Congreso

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Internacional de la Unión Europea de Paidopsiquiatras, que se ha celebrado últimamente en Madrid, se ha expuesto claramente el que la Psicología, como ciencia en el tratamiento psicomédico, es fundamental. Lo triste es el modo como se ha demostrado esa utilidad.

Prácticamente todos los comunicantes españoles, compuestos por médicos pediatras o psiquiatras, han echado mano a todos los manuales de Psicología y, de un modo muy docente, nos han disertado sobre algo que los psicólogos llevamos oído hace años en las aulas universitarias, que, por otra parte, dejan mucho que desear docentemente.

¿Por qué pasa esto? Es de supoñer que para que el psicólogo clínico pueda demostrar su capacidad científica y de investigación es necesario que tenga un dónde y un cómo investigar. Pero esa posibilidad le está negada por una serie de causas que no dejan de hacernos sonreír, por llevar todas el común denominador de excusas.

¿Cuál es entonces el resultado? Pues que personas, posiblemente muy competentes en su área de especialización, se metan en un ámbito que, aunque sea de actualidad y de interés, no les compete. Restando de esa forma que sean los psicólogos los que colaboren en este tipo de investigaciones a nivel clínico y hospitalario.

Queremos dejar constancia de que hace ya muchos años que salió la primera promoción de Psicología y que hasta ahora no se ha hecho nada, por lo que respecta a las instituciones responsables, por situar al psicólogo donde por derecho le corresponde.

Cierto que necesitamos una facultad propia, y ya la tenemos, pero ¿de qué nos sirve, si al pretender incorporamos a la sociedad no tenemos la más mínima posibilidad de trabajar? ¿Porqué no existen, de forma oficial y clara, los psicólogos clínicos en nuestro país, teniendo que ver día a día cómo se inmiscuyen en nuestro campo profesional sujetos pertenecientes a otras profesiones? ¿Por qué para poder ejercer la psicología clínica es necesario tener un apellido conocido o buenos padrinos? ¿Por qué si nos creemos lo suficientemente capacitados en nuestro trabajo no nos es posible demostrarlo a ningún nivel?

Y desde otro punto de vista, ¿tiene sentido que un trabajador, después de estar pagando a la Seguridad Social, a la hora de necesitar un psicólogo para él o su familia, tenga que hacerlo de forma privada?

¿Cuánto tiempo más vamos a seguir atados de pies y manos, viendo, con toda la impotencia que puede llenar a un ser humano, que la salud mental, en este país, no interesa a su propio Gobierno?

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