Contener el gasto público y atención al sector industrial, prioridades del plan económico que prepara el Gobierno
La contención del gasto público y la atención al sector industrial, con ayuda selectiva a los ramos más deprimidos, son las dos prioridades del nuevo plan económico que prepara el Gobierno, según indicación de Fernando Abril Martorell a la comisión de empresarios exportadores vascos que le visitó el sábado. Estos últimos ampliaron ayer, en rueda de prensa celebrada en Bilbao, el contenido de los temas abordados en su entrevista con el vicepresidente para Asuntos Económicos.
La reducción de los gastos de la Seguridad Social y de determinados gastos estatales relacionados con la inversión productiva constituye, a su vez, los ejes de la política de contención del gasto público que preparan los ministerios económicos. Respecto a la atención prioritaria a las industrias en dificultades, los empresarios vascos consideran que «implícitamente había en las palabras de Abril -una referencia a los sectores exportadores, dadas las pérdidas enormes ocasionadas en el sector por la revaluación de la peseta».Para ilustrar su argumentación, los representantes del sector exportador vasco recordaron que entre junio de 1977 y diciembre de 1978 la cotización de la moneda española pasó de 87 a 71 pesetas el dólar. Ello supuso que el sector exportador vasco, pese a aumentar el volumen de su actividad en un 60%, «dejó de ingresar durante el ejercicio anterior unos 7.000 u 8.000 millones de pesetas, según expresión de uno de los participantes en la rueda de prensa. La posterior revaluación de la peseta no ha hecho, por otra parte, sino agudizar esta situación, por lo que «las expectativas para 1979 son aún más sombrías ».
De ahí que en la entrevista con Abril Martorell el planteamiento de los exportadores vascos se centrase «no tanto en la búsqueda de medidas proteccionistas, que no necesitamos», como en la exigencia de «una política monetaria más coherente». Los empresarios son conscientes, por otra parte, que, «dado el ritmo de crecimiento de la inflación, es muy difícil ir a una devaluación drástica e inmediata, como se hizo en 1971, a raíz de la devaluación del dólar». Pero también piensan que «las medidas fiscales, crediticias o de otro tipo que pudieran articularse serán meros parches si no van acompañadas de medidas tendentes al paulatino reajuste de la paridad de la peseta de acuerdo con la situación económica real, junto al establecimiento de las compensaciones necesarias para resarcir al exportador de las pérdidas originadas por la fluctuación monetaria».
Otro de los puntos suscitados por los empresarios vascos -y ante el que el señor Abril «se mostró francamente receptivo»- fue el de las demoras en el pago por parte de la Administración de las asignaciones por desgravación fiscal. «Actualmente», explicaron, «la demora media viene a ser de unos tres meses, pero ha habido épocas en que hemos tardado hasta medio año en cobrar.» Teniendo en cuenta que durante el último ejercicio la economía vasca exportó por valor de 150.000 millones de pesetas, «son unos 21.000 millones los que están en juego, por lo que retrasos de ese tipo pueden ser vitales para algunas empresas».
Por lo demás, los seis industriales participantes en la rueda de prensa reconocieron que «el caso Olarra ha actuado como detonante, ya que llevábamos mucho tiempo intentando, sin éxito, hablar con Abril, y ahora nos ha convocado urgentemente». Durante los próximos días, la comisión se entrevistará con los directores generales de Exportación, Tesoro, Industrias Sidero metalúrgicas y Aduanas, así como con el secretario general técnico del Ministerio de Economía, para concretar las medidas a adoptar a corto y medio plazo.
Los empresarios vascos proponen como base de tales discusiones los diecisiete puntos de «medidas urgentes a adoptar» que fueron aprobados como conclusiones de la Jornada de Defensa de la Exportación, celebrada en Bilbao el 11 de noviembre pasado.
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