Borg, el mayor fenómeno del último medio siglo
La cuarta victoria consecutiva del sueco Bjorn Borg, a sus veintitrés años, en el torneo de Wimbledon, le ha confirmado como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Para encontrar un precedente similar en la historia del torneo londinense hay que remontarse a 1913. En ese año, Wilding se pro clamó, por cuarta vez consecutiva, campeón de Wimbledon. Pero ambas hazañas no pueden ser comparables. A principios de siglo el vencedor se clasificaba directa mente para la siguiente final. En 1877 se disputó el primer torneo de Wimbledon. Desde entonces se han disputado 93 finales, puesto que tuvo los paréntesis de las dos guerras mundiales. Borg es, en estos momentos, el tercer tenista, junto con Laver, Wilding y R. F. Doherty, que más victorias suma en Wimbledon.
El torneo de Wimbledon es el de mayor tradición del mundo. Se juega sobre hierba y la velocidad que adquiere el juego es su característica principal. Su antigüedad es mayor a la de Forest Hills (18 8 l), campeonatos australianos (1905) o Roland Garros (1925). Vencer en él no está al alcance de medianías, ya que se dan cita en él los mejores jugadores del momento. Tenistas de la clase de Rosewall, Stolle, Nastase, Ralston o Roche nunca ganaron la final de Wimbledon, y algunos, como Rosewall, la llegaron a disputar hasta cuatro veces. El caso de este jugador es, además, todo un ejemplo de longevidad en Wimbledon. De la primera final que disputó a la última transcurrieron veintiún años.
Dominio del tenis fuerza
Los 51 distintos vencedores que han pertenido a las más diferentes escuelas.La norteamericana y la australiana han sido las que han prevalecido últimamente, pero desde que hizo su aparición el tenis fuerza, éste es el que manda. En las últimas seis ediciones disputadas han estado en la final Borg o Connors, o incluso ambos, que son los máximos exponentes del juego de gran potencia. Antes de su aparición, el tenis europeo ya se permitió destacar con los triunfos de Santana -único español que ha ganado Wimbledon- y Kodes, que significaron una ruptura en el monopolio que tenían Estados Unidos y Australia en las finales.
Borg ya estableció el año pasado un récord. Desde que se suprimió la cláusula de que el campeón adquiría el derecho a jugar la siguiente final, ningún tenista había sumado más de dos victorias consecutivas. Ni Hoad, ni Emerson ni Newcombe y ni Laver, éste por dos veces, pudo ganar tres años seguidos. Borg no sólo lo consiguió, sino que lo ha superado. Tanner no podía ser enemigo.
La reIación de los tenistas que más finales de Wimbledon han disputado es la siguiente (entre paréntesis figura el número de victorias): ocho: W. Renshaw (7), y A. W. Gore (3); seis: H. L. Doherty (5), Laver (4), Baddley (3), y Lawford (1); cinco: Wilding (4), R. F. Doherty (4), Borota (2) y E. Renshaw (1), y cuatro: Borg (4), Newcombe (3), Brookes (2), Pim (2), Connors (1), Drobny (1) y Rosewall (0).
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