Todo a punto para el comienzo de los sanfermines 1979
A las doce del mediodía de hoy, desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, el presidente de la Comisión de Relaciones y Cultura, Juan Manuel Pérez Balda, antes de encender el cohete anunciador de los sanfermines, gritará, posiblemente más fuerte que nunca: «Irundarrak: gora Fermin Santuak. Pamploneses: viva San Fermín.» Después, cuando llegue el chupinazo, Pamplona cambiará su fisonomía para convertirse en una ciudad volcada en sus fiestas.
En realidad, Pamplona ya ha cambiado su fisonomía interna: se han arreglado todos los jardines, la señalización de las calles se ha vuelto a pintar. Una gran parte de la ciudad ha quedado sin carteles y pintadas de todo signo, después de la campaña de limpieza promovida por el Ayuntamiento, y hasta el ambiente es distinto. La voluntad de que los sanfermínes sean el espacio para la fiesta y la diversión ha hecho posible que este año casi nadie se acuerde de la política en una ciudad politizada y radicalizada, que todo el mundo piense únicamente en pasarlo bien y que los sanfermines, con la ayuda de todos, vuelvan a ser las fiestas de siempre.Todo está a punto: los hoteles llenos, la plaza de toros va a colgar el cartel de «no hay billetes» durante toda la feria, las peñas de mozos tienen su programa a tope y hasta el sol ha salido con fuerza para darle a los sanfermines el calor necesario. Todo está a punto y existe una voluntad popular, firme y decidida, de que las fiestas de este año marquen un hito en la historia sanferminera.
Entre las peñas, el Ayuntamiento y el gobernador civil de Navarra ha habido consenso para la cuestión del orden público durante los sanfermines. La Policía Nacional, que habitualmente patrulla por las calles dejando ver el material antidisturbios, va a ejercer una vigilancia discreta, como corresponde a una ciudad en fiestas, si bien a Pamplona se han desplazado importantes contingentes de las fuerzas de seguridad del Estado, por si fuera necesaria su actuación in extremis. Pero esta es una posibilidad, remota posibilidad, que a nadie se le ha pasado por la cabeza. Además, y diariamente, el gobernador civil se reunirá con los dos representantes de la comisión de peñas, para estudiar el desarrollo diario de las fiestas y mantener intercambios de información sobre todos los actos de los sanfermines.
Hoy, a las doce del mediodía, con la plaza del Ayuntamiento hasta la bandera, Pamplona volverá a encontrarse con sus fiestas, trágicamente rotas el año pasado, por una desafortunada actuación policial. En recuerdo de la muerte de Germán Rodríguez, una manifestación silenciosa saldrá el día 8 de la parroquia de San Lorenzo, después de un funeral, para finalizar en la estela colocada junto al lugar en donde cayó muerto el joven militante de LKI. Doscientos mozos de las peñas se encargarán del servicio de orden.
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