Espectacular aumento de todos los combustibles
Como estaba previsto, el Gobierno decidió ayer una subida espectacular de los precios de todos los combustibles derivados del petróleo, que supone repercutir buena parte, no todo, del aumento de precios del petróleo decidido por la OPEP la pasada semana en su reunión de Ginebra. El barril de petróleo importado costará este semestre algo más de veintiún dólares. Este precio supone que el litro de petróleo costará en puerto nueve pesetas y el de producto refinado, a disposición del público, entre doce y catorce pesetas, sin contar los impuestos que se aplican a estos productos.
Las gasolinas suben linealmente nueve pesetas, después de veinticuatro meses de precio estable. En los demás productos los aumentos son porcentualmente más importantes si tenemos en cuenta el precio anterior al pasado primero de junio, fecha en que se produjo un reajuste con objeto de limitar las subvenciones. El aumento más espectacular es el del gasóleo agrícola denominado B y conocido como el rojo por la coloración de distinción que lleva. Su precio se establece en quince pesetas litro, cifra que se estima limitará el fraude en su utilización. Para el agricultor se arbitrará por el Ministerio del ramo una devolución de cinco pesetas por litro.La nueva estructura de costes supone situar a la gasolina en la zona de precios más altos de Europa. Los gasóleos y fuel-oil se mantienen, sin embargo y pese a su importante incremento, en una zona moderada de precios
El Gobierno aumentó también los precios de otros combustibles, como propanos y butanos, y derivados del petróleo: lubricantes y aceites minerales. Las tarifas eléctricas subirán algo más del 20%, según un decreto de inminente aprobación (próximo Consejo de Ministros).
Además de las medidas de precios se han preparado diversas disposiciones de ahorro y conservación de la energía en línea con las adoptadas por otros países. Estas medidas suponen reducir los suministros de gasóleo para calefacción, mejorar los aparatos de calefacción y aire acondicionado, reducir velocidad de la flota, especificar normas de edificación, autorizar importaciones de amoníaco y dar ayuda oficial a las industrias que ahorren consumo
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