Ante una posible política energética mundial

«Los países consumidores de petróleo están de acuerdo en constituir un "Frente común". Los fines que persiguen son de conseguir una estrecha vigilancia de los precios que impida las compras especulativas; el acuerdo de medidas en cada país que conduzcan a un ahorro global energético de por lo menos un 5 % hasta finales del año 1980; una negociación con los países exportadores encuadrados en la OPEP y, finalmente, la puesta a punto de una política global de desarrollo de nuevos recursos energéticos.Al parecer, de las reuniones preparatorias de la cumbre de Tokio debe salir la formación de un "ConsejoInternacional de la Energía" que entenderá del desarrollo de toda esa estrategia, encargado, entre otras cosas, de llegar a un entendimiento con los países exportadores del petróleo de cara a ensayar, entre todos, un nuevo modelo de crecimiento económico mundial. ( ... )

Las fuerzas económicas y políticas tienen el deber de estar alertas ante este nuevo proceso de intervencionismo mundial del que no habrá escapatoria. El mundo libre, que sabe se juega en todo ello su propia supervivencia, se verá obligado a estrechar filar y aceptar cierto grado de dirigismo económico en evitación del caos. Sólo gracias a ciertas renuncias y a una voluntad mayor de entendimiento entre naciones y entre defensores de distintas ideologías será posible conjurar los peligros inherentes a este período de penuria energética.»

17 de junio