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Estalla la crisis interna en el Partido Socialista francés

En el Partido Socialista francés (PS) ha estallado la crisis que se preveía tras el duelo irresuelto, en el congreso de Metz, en mayo último, entre el primer secretario, Frangois Mitterrand, y la tenden cia minoritaria, encarnada por Michel Rocard. El mediano resultado conseguido por el PS en las recientes elecciones europeas ha sido el pretexto que coloca al partido ante una situación «seria», según estimación de sus propios dirigentes.El sábado último se reunió el comité director del PS para analizar el balance de los comicios europeos. Apenas habían comenzado las primeras escaramuzas entre los «mitterranistas» y los líderes de la minoría del partido, Michel Rocard y Pierre Mauroy, el primer secretario suspendió la reunión e inesperadamente anunció una convención nacional para el domingo próximo. En respuesta, los «rocardianos» anunciaron que no participarían en este minicongreso que, según los estatutos de los socialistas, se reúne cuando lo aconsejan circunstancias importantes.

El pretexto alegado por el señor Mitterrand para dar el «golpe» del que le acusan sus adversarios aludía a lo que él considera como una conjura de los medios de comunicación, respaldados por el Partido Comunista y por el giscardismo, para dislocar el PS. El primer secretario socialista, desde que hace un año emergió la figura «presidencial» del señor Rocard, viene acusando repetidamente a la prensa escrita y a la TV de ser la causa original de los tropezones de su partido y, sin decirlo expresamente, también considera que los medios de comunicación son los responsables más serios de que su figura carismática en el socialismo galo haya palidecido.

Todos los observadores convienen en que, en el fondo de «la crisis más seria del PS desde su fundación, en 1971», laten los dos socialismos que se confrontaron en el último congreso sin llegar a una síntesis: el encarnado por el señor Mitterrand, defensor de una línea política fundada en «la ruptura inmediata con el capitalismo» y el «socialismo de lo posible», representado por el señor Rocard y asentado en el realismo y el rigor económicos. Detrás de esta quete¡la de fondo, a medio plazo, se esconde la batalla Mitterrand-Rocard con vistas a la elección presidencial de 1981.

Las elecciones europeas también han dejado maltrecho al gaullismo. Su movimiento, «la Agrupación por la República» (RPR), que sólo consiguió el 16% del electorado, vive desde, el pasado día 10 en un clima de desastre.

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