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Acogida popular a los Reyes en Marruecos

A las doce de la mañana de ayer, los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, fueron recibidos con los abrazos y besos de rigor en el aeropuerto de Fez por un rey Hassan II un tanto serio, en esta primera visita oficial que efectúan los Monarcas españoles al país vecino. El príncipe heredero, Sidi Mohamed; la princesa Lala Mariam y el hermano del rey, príncipe Mulay Abdallah, acompañaban a Hassan II al pie de la escalerilla del avión para dar la bienvenida a los Reyes de España.

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El Gobierno en pleno, incluyendo al ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Bucetta, llamado urgentemente a Fez para participar en las conversaciones hispano-marroquíes -aunque él había previsto para esas fechas una visita a Bonn-, saludó a los Reyes de España después de que éstos hubieran escuchado los himnos nacionales de Marruecos y España.En coche descubierto don Juan Carlos y Hassan II se dirigieron hacia el centro de la ciudad a lo largo de unos dieciséis kilómetros de recorrido lleno de banderas de bienvenida. Miles de personas traídas de los lugares más próximos a Fez, alumnos de las escuelas primarlas y secundarias, y gente del desierto que se había instalado con sus laimas (tiendas de campaña) a los bordes de la carretera coreaban vítores al paso de los Reyes y gritaban: «Salud a los Reyes de España, el Sahara es marroquí.»

A la entrada del recinto amurallado de la histórica ciudad de Fez, el gobernador, en un suelo cubierto de alfombras centenarias, hizo entrega al rey don Juan Carlos de las llaves de la ciudad y le ofreció, en señal de cordial recibimiento, los tradicionales dátiles y leche de almendras.

Con su barba de varios días, que también le hacía parecer más serio, don Juan Carlos y Hassan II, seguidos por doña Sofia y los príncipes marroquíes, se dirigieron al palacio de los huéspedes reales, el Bahía, en donde ambos reyes tuvieron una primera conversación a solas, en un paseo de unos quince minutos que dieron, a veces cogidos del brazo, por los jardines.

Después de estar casi una hora con sus anfitriones, a eso de las dos de la tarde. el rey Hassan II, acompañado del primer ministro, Maati Buabid, y del titular de exteriores, Mohamed Bucetta, abandonó la que será residencia oficial de los Reyes de España.

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Negociaciones ministeriales

Las delegaciones que sostendrán conversaciones, a las cuales se unirán brevemente los Reyes el viernes por la mañana, están presididas por los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja y Mohamed Bucetta.

La delegación española, además del ministro señor Oreja, está integrada por los también ministros de Industria y Energía, Carlos Bustelo, y de Transportes y Comunicaciones, Salvador Sánchez Terán. El embajador de España en Marruecos, Alfonso de la Serna, y el subsecretario de Pesca y Marina Mercante, Miguel Aldasoro, completan el grupo español.

Después de iniciadas las conversaciones por los soberanos de España y Marruecos, hoy por la tarde los Reyes de España se trasladarán en avión a Rabat, en donde depositarán una corona de flores en el mausoleo de Mohamed V, y asistirán a una recepción ofrecida por la embajada de España con motivo de la visita real a la colonia española en Marruecos.

En la noche de hoy viernes el rey Hassan II ofrece una cena privada a los Reyes de España, y el sábado por la mañana, último día de la estancia en Marruecos, los Monarcas españoles visitarán la medina de Fez, donde se encuentra enclavada la Universidad islámica de Karauin, una de las más importantes del mundo musulmán, para partir de regreso hacia España a las 11.30 de Marruecos, una hora más tarde en España.

Don Juan Carlos pidió la paz y la estabilidad para el norte de Africa El Rey don Juan Carlos reafirmó ayer en Marruecos la vocación africana de España y la necesidad de corregir la estabilidad en el norte de Africa, durante el discurso que pronunció en la cena de gala que en su honor ofreció el rey Hassan II en Fez. Las palabras del Rey fueron precedidas por una alocución del monarca alauita, cuyo texto no pudo ser conocido antes del cierre de la presente edición de nuestro periódico. Reproducimos a continuación los párrafos más significativos del discurso de don Juan Carlos.

«Con frecuencia se ha dicho que Marruecos y España se encuentran respectivamente en la interioridad misma de sus pueblos y de su más íntimo ser histórico, sin ninguna distancia que les aleje de la historia del país vecino. Yo suscribo esta afirmación porque me parece que es la clave de la comprensión de nuestras relaciones a lo largo de la historia y de la misión que nos corresponde en el futuro.

España y Marruecos, que han vivido una historia tan llena de fecundas realizaciones, comparten también una misma área geográfica en el Mediterráneo occidental y en esa gran arteria estratégica que es el Estrecho.

Es preciso que la amistad y la cooperación entre nuestros dos pueblos sirvan de base a una creciente solidaridad entre los países ribereños de este mar, convirtiéndose así en un factor de estabilidad en la región y en la mejor garantía de que el Estrecho seguirá al servicio de la prosperidad y de la paz entre todos los pueblos.

Por eso, porque tenemos presentes los lazos históricos y geográficos que nos unen, estamos convencidos de que nuestro destino nos lleva a entendernos, a reafirmar una amistad clara y duradera y tejer un entramado de intereses comunes tan denso y extenso que dentro de él se resuelva pacíficamente cualquier problema que pueda surgir entre nosotros, y, al mismo tiempo, prosperen las inmensas posibilidades de colaboración que se ofrecen a estos dos países nuestros que caminan juntos desde el comienzo de la historia.

Ello nos debe hacer pensar en el presente y el porvenir. Marruecos y España se encuentran a caballo sobre dos mares que bañan las costas de Europa y Africa, en medio del camino más corto entre ambos continentes, en el punto en que se tocan dos mundos; el mundo desarrollado de la Europa occidental y el mundo en vías de desarrollo del continente africano.

El Gobierno español ha reiterado recientemente su vocación africana, respondiendo de nuevo a un mandanto geográfico que adoptó a lo largo de los siglos muy diversas formas de expresión y que ahora sólo puede tener la forma de un propósito de amistad y cooperación entre iguales dentro del respeto de cada uno.

Queremos que si se ha de ejecutar en nuestros días ese mandato y poner en marcha esa cooperación, por razones obvias, se empiece por Marruecos, pues si no estaríamos creando ya inicialmente un vacío en nuestro propósito de atender a Africa, vivir con Africa, cooperar con Africa.

Estabilidad norteafricana

Es necesario que nos conozcamos simplemente, ya que tanta es la ignorancia recíproca que nos caracteriza. Limpiemos nuestras visiones mutuas de imágenes falsas, de ideas preconcebidas y de simplificaciones que a veces reducen nuestros conocimientos recíprocos a burdos clichés.

Con un entendimiento recíproco como el que acabo de esbozar, España y Marruecos habrán contrlbuido no sólo a consolidar su amistad particular, a estrechar las relaciones de mi país con el mundo árabe y a la cooperación inteligente y pacífica de España con todo el continente africano, sino muy especialmente a hacer posible la mejor comprensión de los problemas de Africa del Norte, esa región vital del mundo.

Esa región vital, cuya paz, estabilidad Y entendimiento justo y duradero considero imprescindible y urgente para la paz mundial; entendimiento que pasa necesariamente por la amistad y paz entre cada uno de sus miembros, pues de otra manera se encontraría gravada por una hipoteca que haría imposible la abierta paz entre los dos.»

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