La energía y las relaciones con Japón, temas claves en la "cumbre" europea

La crisis de la energía y las relaciones comerciales con Japón, figurarán en lugar preferente en la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de la CEE, el 21 y 22 de este mes, en Estrasburgo. Los nueve del Mercado Común verán, al más alto nivel, otros asuntos de interés inmediato, como son el funcionamiento del Sistema Monetario Europeo, al que podría anunciar su rápida adhesión el nuevo Gobierno conservador británico, y las perspectivas socioeconómicas en la CEE, con particular atención a la posibilidad de una reducción de la semana laboral a 35 horas, como medio para reabsorber el alto índice de paro, que suma seis millones de personas en la CEE.

El orden del día de la cumbre de Estrasburgo fue definido en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores comunitario, celebrado ayer en Luxemburgo. Las relaciones de la CEE con Portugal, Marruecos y China completaron la jornada ministerial.En relación con Japón, los ministros de Asuntos Exteriores escucharon un amplio informe de la comisión europea. Su presidente, el británico Roy Jenkins insistió por una mayor cohesión de todos los Estados de la CEE, para una estrategia común frente a la delicada situación de intercambios comerciales CEE-Japón, cuyo déficit podría alcanzar los 8.000 millones de dólares en al año en curso. Según Jenkins, es imprescindible que Japón facilite una apertura de sus mercados a la importación, que la CEE tenga en cuenta la competencia feroz de Japón en los mercados internacionales, y que los europeos protejan mejor sus mercados contra las prácticas de ventas a bajo precio de productos Made in Japan.

Ante la "cumbre" de Tokio

Las opiniones de la Comisión Europea, en un documento que adquiere particular importancia a dos semanas de la reunión en la cumbre económica occidental de las siete primeras potencias del mundo capitalista en Tokio (EEUU, Canadá, RFA, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón), no recibe la misma atención en cada una de las capitales de la CEE. En particular en Bonn, donde los alemanes consideran que la tendencia al superávit de la balanza comercial japonesa tiende a reabsorberse y que mejoran los intercambios CEE-Japón, a favor de los Estados europeos agresivos en sus exportaciones hacia el ex imperio del Sol Naciente.

Es evidente que el canciller alemán, Helmut Schmidt, no quiere declarar una guerra comercial a Japón, que puede ser un potente aliado de los europeos en el conflicto energético con Estados Unidos, otro de los grandes capítulos de la reunión en Tokio.

Portugal y Marruecos

Siempre en el capítulo de relaciones exteriores, el Consejo ministerial de la CEE en Luxemburgo ofreció un almuerzo de trabajo al ministro portugués de Asuntos Exteriores, Freitas Cruz. Almuerzo que sustituyó la sesión ministerial de negociaciones para el ingreso de Portugal al Mercado Común, cuyo calendario de trabajo sufre un evidente retraso. Relacionado también con la problemática de ampliación de la CEE (con los ingresos de Grecia, España y Portugal), el Consejo de la CEE celebró una reunión ministerial con Marruecos. Se trató de mejorar la gestión del acuerdo comercial en vigor, sin olvidar, por parte de Rabat, los temores que origina la entrada española, portuguesa y griega al Mercado Común, que podría perjudicar las exportaciones agrícolas marroquíes hacia la CEE. El Banco Europeo de Inversiones facilitó por su parte un crédito de cuarenta millones de unidades de cuenta CEE (3.600 millones de pesetas) para modernizar la explotación de fosfatos en territorio marroquí.