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Satisfacción comunitaria por las medidas españolas de liberalización comercial

Españoles y comunitarios parecen dispuestos a abordar las negociaciones para la adhesión de España al Mercado Común con un clima de distensión y armonía. Por lo menos, al principio, sin excluir que las tensiones vuelvan a resurgir en el momento de abordar los delicados sectores de la agricultura, la industria o la libre circulación de trabajadores. En tal estrategia hay que inscribir la celebración de la «comisión mixta» del acuerdo comercial preferente España/CEE, celebrada ayer en Bruselas, donde todo se desarrolló en un perfecto «espíritu de comprensión y cooperación».

En una palabra, Madrid anunció, por vía de su embajador ante las Comunidades, Raimundo Bassols, que sigue adelante en su política de liberalización comercial, y los comunitarios, sin aludir directamente al tema, parecen dejar de lado sus tesis de «desequilibrio» comercial del acuerdo de 1970 y su necesidad de «reequilibrarlo». La evolución del ambiente hacia un tono positivo responde a los preparativos de las negociaciones de adhesión, oficialmente abiertas desde el pasado 5 de febrero, que tendrán la primera reunión, a nivel de «suplentes» (embajadores), el próximo viernes 15, para determinar el calendario y las modalidades de los trabajos. El 18 de septiembre se celebrará, probablemente, la primera ronda negociadora, a escala ministerial.

Exito de la tesis española

«Habrá que coger el toro por los cuernos», declaró el embajador Bassols al referirse a la tesis española de entrar de lleno en las negociaciones de adhesión, atacando los capítulos más conflictivos de las mismas: temas agrícolas, temas industriales (en particular sectores frágiles de la industria de ambas partes, como son el siderúrgico, textil y naval), temas fiscales y temas sociales. Entrar en la negociación de adhesión dejando aparte los asuntos del acuerdo de 1970 puede calificarse, si no hay cambio de óptica por parte de algún Estado miembro, como un éxito relativo de las tesis españolas. El Gobierno de Madrid nunca rechazó ampliar el contenido del actual acuerdo comercial España/CEE, siempre y cuando los comunitarios concedieran, a su vez, ventajas suplementarias para las exportaciones agrícolas hispanas hacia la CEE. Ante la dureza de franceses e italianos en acceder a tales peticiones, la Comisión Europea no ha tenido otra salida que dejar de lado la vieja tesis de «readaptación» del acuerdo.

En el curso de la reunión de la COM (Comisión Mixta), el embajador Bassols leyó un informe presentando las últimas decisiones españolas de liberalización comercial, que sitúan la protección aduanera española al 8,1 % frente a la CEE, y las promesas de aplicar en el sistema económico español el sistema de «impuesto sobre el valor añadido» (IVA), a fin de «clarificar» el sistema fiscal español, criticado por los comunitarios por sus prácticas de subvenciones a la exportación e impuestos a la importación. También hubo promesas de eliminar los retrasos administrativos para la concesión de licencias de importación en España para productos originarios de la CEE.

Las Cámaras, contra la renegociación

Ante la reunión de la comisión mixta hispano-comunitaria, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España reitera su oposición a una renegociación de dicho acuerdo, al entenderlo superado por la actual fase de negociaciones que si iniciará el próximo día 15. Para el Consejo, la aproximación definitiva de la legislación española a la comunitaria debe producirse tras el acto de adhesión durante el período transitorio; sin embargo, admite los planteamientos que hasta ese momento impliquen un acercamiento progresivo.

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