Yugoslavia quiere impedir la escisión entre los no alineados en La Habana
La cumbre de países no alineados, que se celebrará en septiembre de este año en La Habana, debe preservar «el carácter, las directrices, la unidad de acción y el papel internacional de la política de no alineación».Así lo manifestó ayer, en Belgrado, Milos Minic, miembro de la Liga de los Comunistas Yugoslavos, quien subrayó que la meta de la sexta cumbre no alineada de La Habana debe ser la de impedir que el movimiento se escinda en un grupo progresista y otro conservador.
Los países no alineados deben defender su independencia, autonomía y carácter desligado de los bloques, y sustraerse a la influencia de cualquier gran potencia, dijo.
Minic señaló también que una cooperación estrecha de uno u otro país no alineado con alguno de los bloques o grandes potencias perjudica la lucha del movimiento no alineado en su conjunto.
La desintegración del movimiento no alineado abriría las puertas a la división del mundo en bloques, lo que agravaría la confrontación y la rivalidad de las grandes potencias, destacó Minic.
Todo ello trabajaría, según él, en favor de las grandes potencias, «que podrían dividirse el mundo en nuevas esferas de influencia», afirmó.
Yugoslavia repite desde hace algún tiempo con insistencia sus temores de la división del campo no alineado, al parecer por temor a que la URSS se sirva de países no alineados, como Cuba, Vietnam y Afganistán, para dividir al movimiento en dos bandos y servirse de uno de ellos para sus fines.
