_
_
_
_

Miedo a la abstención en Dinamarca

Dinamarca, junto con Gran Bretaña, Irlanda y Holanda, es uno de los países que abren hoy la lista de elecciones nacionales para el Parlamento Europeo, tras siete años de pertenencia a las Comunidades. Los partidos mayoritarios de este país se resisten a otorgar a las elecciones de hoy el carácter de segundo referéndum sobre la vinculación de Dinamarca a la CEE, contando con que en el primero solamente un 15 % de sufragios separó el bloque de los partidos de la integración del de los contrarios. , corresponsal de EL PAIS, informa desde Copenhague.

Más información
Llevar Europa a la vida cotidiana de sus ciudadanos

Desde el referéndum pasado ha crecido el número de quienes piensan que la pertenencia a la Europa integrada no ha significado un provecho efectivo para los ciudadanos. De ahí que el primer ministro insistiera ayer, en once mítines consecutivos, en que dar un voto a la Unión Nacional de Paul Overgaard Nielsen, que integra a ecologistas, terratenientes y militantes de todos los partidos de izquierda y derecha, es optar por el voto inútil.A pesar del entusiasmo que trata de suscitar el conjunto de los partidos mayoritarios daneses -en total hay once partidos en el Parlamento- se prevé que apenas concurrirá a las urnas algo más de la mitad del censo electoral, cuando Dinamarca tiene tradición de abrumadoras mayorías electorales a la hora de los comicios. Los tres partidos con mayor número de diputados -socialdemocracia, Partido del Progreso y Venstre (liberal-conservador)- confían en acaparar los quince escaños reservados en el Parlamento Europeo a Dinamarca. Un escaño más, a disputarse por mayoría simple, mientras que en Dinamarca las elecciones se llevarán a cabo por el sistema D'Hont se reserva a Groenlandia, la antigua provincia que optó por la autonomía el primero de mayo pasado. Al someterse este escaño a una decisión por mayoría simple, puede producirse la situación de que el parlamentario que lo ocupe no represente en realidad la voluntad de los groenlandeses, en su gran mayoría contrarios a la permanencia en las Comunidades Europeas.

Una incógnita que también puede afectar el resultado electoral de hoy en la concurrencia de los jóvenes daneses de dieciocho años que por primera vez toman parte en una consulta popular. Esta juventud ha heredado un gran temor al vecino del Sur, Alemania, y el atractivo de una idea panescandinava que estimulan Noruega, voluntariamente alejada de la CEE mediante un referéndum, y Suecia, que no se ha propuesto ni lejanamente una vinculación a las Comunidades. De una mayor relación con los nórdicos depende una reactivación de la EFTA con la que Dinamarca ve enfriarse progresivamente sus contactos.

La prensa noruega y sueca informa estos días con mayor profusión que la danesa sobre las elecciones de Europa. Los políticos conservadores noruegos, que hace siete años trataron de llevar a su país a la CEE, dicen ahora que si entonces hubiesen ganado el referéndum por un estrecho margen, esto hubiera provocado en el país una grave crisis de incalculables resultados. Esta situación, según los conservadores, se vería aún más deteriorada si como se prevé ingresan en el Mercado Común los tres aspirantes del sur de Europa.

En cuanto a Suecia, sólo los conservadores y los empresarios lamentan que no se den pasos hacia una aproximación a la Europa integrada. La resistencia del resto es tan notable que incluso suponiendo una victoria conservadora en las elecciones de septiembre próximo, apenas es imaginable que se plantee una solicitud de ingreso de Suecia en la CEE. La ampliación ya prevista significará, según el conservador Svenska Dagbladet, que la Comunidad «deberá volverse sobre sí misma durante algunos años para absorber plenamente a los nuevos miembros».

Los conservadores daneses han optado también, como los alemanes, por presentar una imagen optativa con fondo de temor en estas elecciones. La prensa de Copenhague inserta un anuncio en el que, bajo la imagen de Leónidas Brejnev, en apariencia amenazadora, se incluye la frase «Este hombre está en contra de la CEE». La propaganda de los diversos grupos y partidos que concurren ha utilizado los medios de masas a razón de 104 minutos en radio y cuarenta en televisión.

La calle ha quedado a merced exclusivamente de la propaganda de los pequeños partidos de izquierda contrarios a la permanencia en las Comunidades. Según un directivo de la emisora nacional danesa, se ha optado nuevamente por el dilema hamletiano -ser o no ser europeos-, en lugar de perfilarse opciones sobre las características que debería tener la permanencia de Dinamarca en la CEE.

Según manifestó a EL PAIS el candidato de la Alianza, contraria a la Comunidad, desde 1972 los precioshan aumentadoenun 115% y los parados han pasado a totalizar 192.200, frente a los 33.000 de hace siete años. La Alianza, presidida por Overgaard Nielsen, se disolverá, según él, una vez se consigna el objetivo de desligara Dinamarca de las Comunidades Europeas. Para Nielsen, su opción no es nacionalista y pretende aglutinar a todos aquellos grupos nacionales que vean en la CEE «un nacionalismo supranacional» y estén convencidos de que «las superpotencias, incluida la que se pretende crear en Europa, siempre acaban desencadenando guerras». El propio Nielsen interpreta unas declaraciones del Gobierno, en el s entido de que la RFA podría comprar el 49 % de la industria danesa, como una situación amenazadora, especialmente grave sobre todo en la actual crisis energética. Dinamarca depende en este sector hasta en un 90% del exterior.

En cuanto a la candidata socialdemócrata que encabeza la lista de su partido en las elecciones europeas, Eva Gredol, ha manifestado a EL PAIS que en estas elecciones su partido busca una cooperación entre naciones iguales, pero no pretende llegar a una unión entre Estados. «No queremos un Gobierno supranacional», dijo a este periódico. No queremos ser los Estados Unidos de Europa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_