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Reportaje:La aviación comercial en las próximas décadas /1

Aviones del futuro, ente la necesidad de carga y la de velocidad

Hace un par de semanas una noticia saltaba a los teletipos de todo el mundo. Un avión DC-10, fabricado por la poderosa empresa norteamericana McDonnell Douglas, caía a tierra, pocos segundos después de su despegue, a causa de un accidente tan singular como la caída de uno de sus reactores por la pérdida de un tornillo.El avión, en ese instante privado de uno de sus tres motores y sin que las predicciones de su construcción previeran necesariamente ese desenlace, hizo un giro hacia su izquierda cayendo en picado e incendiándose inmediatamente. Los 255 pasajeros que viajaban a bordo, así como sus quince tripulantes, perdieron la vida en un accidente que no ha sido el primero protagonizado por este modelo de avión de gran capacidad de pasaje. En marzo del año 1974, otro DC- 10, perteneciente, en aquella ocasión, a las líneas aéreas turcas, experimentó un accidente similar en el que murieron 341 personas.

Las autoridades norteamericanas suspendieron, tan pronto como se verificó la causa del accidente, buena parte de los vuelos de los DC- 10 y muchas compañías aéreas internacionales, entre las que se cuentan las españolas, se han planteado seriamente la cuestión de la seguridad -de este modelo de avión de gran pasaje.

El DC-10 pertenece a esa generación de grandes aviones que, dentro de muy pocos años, poblará los aeropuertos del mundo desplazando a otros aviones comerciales, más pequeños y, por tanto, menos rentables; y desplazando también a esos aviones supersónicos de pasajeros, tipo Concorde o Tupolev, que muchos pensaron sustituirían a los de velocidad subsónica. Pero no ha sido así. La economía, la crisis energética, condiciona el futuro de la aviación comercial en las próximas décadas.

Desmintiendo lo que se había pensado hace algunos años, lo importante no será viajar más deprisa, sino más barato. Los audaces y espectaculares proyectos de vuelo supersónico, tipo Concorde, antes mencionados están dando paso a ideas técnicas quizá menos atractivas para el espíritu aventurero e innovador humano, pero más acordes con las exigencias de la realidad. Lo importante de los aviones de las próximas décadas será su menor consumo. Todo va a girar en torno a esta variable.

La competencia de los grandes

Esta es la razón por la que un general francés, Jaeques Mitterrand, autoridad responsable de la empresa Aerospatiale, fabricante del avión europeo de gran capacidad de pasaje Airbus, pudo afirmar recientemente, en un conocido semanario francés, que «el Concorde es el prestigio, pero el Airbus es nuestro pan». Expresan estas palabras el hecho evidente de que lo que la industria actual desea en el campo de la aviación comercial es carga, pasaje y no velocidad.Las grandes compañías norteamericanas Boeing, Lockheed y McDonnell Douglas han creado diversos tipos de avión grande o, mejor dicho, diversas variantes de un mismo tema: un objeto volador capaz de transportar una cifra de viajeros superior a las doscientas o trescientas personas, a una velocidad habitual de los actuales reactores de pasaje y a precios inferiores a los que supondría su transporte en los aviones de tamaño convencional, es decir, en los que han caracterizado la vida en los grandes aeropuertos y los trayectos tanto continentales como intercontinentales.

Son estos nuevos modelos el Boeing 747, el Lockheed L-1011 (Tri Star) y los Douglas DC- 10 (el protagonista del reciente accidente). Europa, que no está a la zaga de esta competición, ha creado el célebre Airbus, proyecto cuyo desarrollo es todo un reto de la tecnología europea, y del que sus dos variantes, A-300 y A-310, han sido diseñadas y construidas por el consorcio Airbus Industrie. Pero la historia de algunos de ellos y sus perspectivas de futuro merecen un análisis más detenido.

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