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La junta de SEAT aprobó la primera ampliación de capital para reestructurar la sociedad

La junta general de SEAT aprobó ayer la ampliación de capital en la proporción de una nueva acción por cada una antigua a la par, que constituye uno de los pasos fundamentales del plan de reestructuración que la sociedad va a abordar para hacer frente a la crisis. SEAT registró el pasado año unas pérdidas de 10.358 millones de pesetas, que indican la situación de la empresa y fuerzan una solución alternativa a la misma.

El presidente, Juan Miguel Antoñanzas, informó a la junta sobre el desarrollo del ejercicio y las circunstancias que lo han condicionado. Las pérdidas superan con creces el capital y profundizan las deficiencias financieras de la empresa. La cifra de pérdidas de 1978 es espectacular y se produce después de que en el año anterior se apuntaran 406 millones de beneficios frente a los 456 perdidos en 1976. El último año en el que SEAT repartió dividendos fue 1974, por valor del 8 %.Hay que destacar que la cifra de pérdidas del pasado año se ha producido sin un gran impacto de los costes sin un gran impacto de 3.665 millones de pesetas) y de las amortizaciones (otros 3.318 millones de pesetas). Según precisiones de la memoria, complementadas por el señor Antoñanzas en una reunión con un grupo de periodistas, los factores decisivos de las pérdidas de SEAT son dos básicos y dos secundarios.

Bajo nivel de actividad

En primer término, la baja utilización de la capacidad productiva. La atonía del mercado ha provocado un descenso de las ventas totales en un 1,9% respecto al año anterior. Esta pérdida de ventas se produce un año en que los stocks se situaban en la cifra de 90.000 vehículos en febrero. La reducción de estos stocks forzó una regulación de jornada laboral durante dieciséis días. La producción de SEAT, por estas dos circunstancias, descendió en 1978 a los niveles de los primeros años setenta, 288.500 unidades, que representan un descenso del 18% respecto al año anterior y una utilización de sólo el 80% de la capacidad.Esta baja utilización de la capacidad productiva ha supuesto a SEAT, según estimaciones de la propia empresa, unas pérdidas aproximadas a 6.800 millones de pesetas, ya que se ha mantenido la plantilla de 32.000 trabajadores. La regulación de dieciséis jornadas laborales permitió un ahorrro o reducción de casi mil millones de pesetas.

Control de precios

El segundo factor básico reside en la política de precios practicada por la Administración. A lo largo de 1978 se produjeron dos incrementos: el primero, en julio, del 5,8%, y el segundo, en octubre, del 8%. En ambos casos, la aplicación de la subida se produjo con sensible retraso sobre el momento en que fue demandada. Al final del año, el aumento de los costes (de forma progresiva y constante a lo largo de los meses) fue superior al 16 %,mientras que la subida de los precios, de forma discontinua, fue del 14%. El impacto de esta irregularidad se estima para SEAT en unos 5.400 millones de pesetas.

Cargas financieras y revaluación

Los otros dos factores que incidieron en los resultados fueron la apreciación de la peseta, que redujo los ingresos en moneda nacional por exportaciones, y el aumento de gastos financieros. La incidencia de la apreciación se estima en 2.000 millones de pesetas. SEAT exportó 87.050 vehículos, con aumento del 29% respecto al año anterior. Las cargas financieras aumentaron en mil millones de pesetas, y se mantienen aún en cifras razonables que tienden a aumentar sensiblemente.

Previsiones inmediatas

Las previsiones de los técnico de la sociedad sobre la evolución del presente ejercicio son de unas pérdidas similares a las de 1978 que tenderán a disminuir en próximos ejercicios.Esta situación pone de relieve la inviabilidad de la empresa con su actual estructura. El señor Antoñanzas señaló que se han estudiado a lo largo del último año las posibles alternativas que, en su opinión, se reducen a poner en marcha el plan de reestructuración negociado entre los socios institucionales de la empresa (INI, FIAT y los bancos).

Este plan fue ya comentado y resumido por EL PAIS en la edición del pasado miércoles (30 de mayo), y se espera que pueda ponerse en marcha antes de que acabe julio, una vez que se suscriban los acuerdos definitivos entre los socios y se cubra la ampliación de capital aprobada en la junta de ayer.

Con respecto al plan de reestructuración anunciado por EL PAIS, las únicas matizaciones aportadas por el presidente de SEAT son las siguientes:

Entre las condiciones que FIAT pone como de cumplimiento sustancial, antes de que acabe el año 1981, está la referente a la regulación de jornada siempre que se supere un nivel de stocks superior a las 45.000 unidades. Según el señor Antoñanzas, es probable que no sea precisa ninguna regulación y en ningún caso se estima en estos momentos que sea necesario llegar a regulaciones de treinta días por año. Además, esta condición no supone ninguna concesión especial para FIAT, sino la simple aplicación de la legislación española.

Sobre el programa de financiación, el señor Antoñanzas señaló que el recurso al crédito oficial (BCI) es inferior a las disponibilidades normales del mismo por parte de la empresa, en su condición de sector preferente. El Banco de Crédito Industrial aportará un 25% de los recursos que precisa el programa financiero de reestructuración.

Otro tema destacado por el señor Antoñanzas fue el del desarrollo de las nuevas instalaciones en Barcelona y Pamplona para producir cajas de cambio y montar una nueva línea. Estas inversiones se cuentan entre las más importantes que desarrolla una industria española en estos momentos.

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