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La decisión sobre el segundo aeropuerto de Madrid queda aplazada por tres años

El aeropuerto internacional de Barajas sufrirá en los próximos dos años una completa transformación, con el fin de poder hacer frente al incremento de viajeros previsto hasta el año 1995. Las obras de acondicionamiento tienen un coste de 2.200 millones de pesetas y dan un nuevo plazo al Gobierno para que decida si se acomete la construcción de un nuevo aeropuerto, se aprovechan las instalaciones de la base militar de Torrejón o se amplía el actual. Además de las citadas obras y de la mejora de los servicios, exigida por el Ministerio de Transportes a Iberia, en la rueda de prensa que ayer ofreció el titular del departamento, Salvador Sánchez Terán, se habló de la realización de nuevos accesos al aeropuerto, como la ampliación de la línea número VII del metro o la construcción de una carretera directa desde O'Donnell.

«El Ministerio es consciente de los problemas que tiene Barajas y de que la situación, en algunos momentos, se aproxima al caos», manifestó el señor Sánchez Terán antes de iniciar su explicación sobre las medidas que el Ministerio había adoptado frente al deterioro de los servicios públicos y al continuo incremento en el tráfico de viajeros.El plan expuesto, dividido en dos fases y estudiado desde principios de año, incluye un tratamiento a fondo de la infraestructura de la terminal nacional diseñada en 1940, y prevista para cuatro millones de viajeros al año, cuando en la actualidad la cifra de viajeros nacionales supera los seis millones; una organización de todos los servicios del aeropuerto y una mejora de los accesos desde Madrid.

El aprovechamiento del actual edificio terminal de vuelos nacionales fue discutido, ya que había tres opciones: proceder a un lavado de cara, construir una nueva terminal nacional, lo que supondría un gasto de miles de millones, o remodelar la que se tenía. Esta última posibilidad fue la que se acordó y sobre ella se hicieron los estudios en los que se incluyeron los vuelos charter, el puente aéreo Madrid-Barcelona y los vuelos de Canarias a los que se quería dar un tratamiento específico.

El hecho de que en 1982 se celebre en Madrid el Campeonato Mundial de Fútbol fue uno de los motivos que movió a la Administración a fijar septiembre de 1981 como fecha límite. De esa forma, el plan anual de las compañías, que se suele presentar en el mes de noviembre, podría efectuarse de acuerdo a la nueva estructura.

La primera de las fases, para la que se ha calculado un presupuesto de 850 millones y que se espera tenga una duración de octubre de este año a septiembre de 1980, consiste en la remodelación de la parte norte del edificio actual, donde se instalará la terminal del puente aéreo, en la actualidad usada por 4.000 viajeros al día. Gracias a este cambio se dejará el edificio del puente aéreo reservado en su totalidad a los vuelos charter.

La exigencia hecha por el señor Sánchez Terán a la compañía Iberia, que tiene 8.000 trabajadores de los 13.000 que trabajan en el aeropuerto, se centra básicamente en una mejora en los servicios de facturación, billetaje, agilización de servicio, trámites de embarque o recogida de maletas, que serán unificados próximamente bajo un órgano que logre una mejor coordinación.

En la segunda fase, que tiene un presupuesto inicial de 1.350 millones de pesetas, se ha previsto la remodelación de la zona sur del edificio, donde se quiere dedicar una zona cercana a la terminal internacional para los vuelos procedentes de Canarias.

Segundo aeropuerto

El tema del segundo aeropuerto fue uno de los más abordados por los periodistas. «Tenemos hasta 1982 para decidir si vamos a crear una nueva terminal para este aeropuerto, se va a utilizar parcial o totalmente el aeropuerto de Torrejón o vamos a construir un segundo aeropuerto para Madrid, sobre cuya ubicación no hay nada decidido. Para cuando hayamos realizado este plan de aprovechamiento tenemos que tener decidida la solución, ya que cualquiera que sea debe estar en funcionamiento en 1995.»Sobre los accesos a la terminal nacional, que interiormente contará con cintas transportadoras para viajeros y equipajes, que permitirán su conexión con la terminal internacional y con los aparcamientos, el señor Sánchez Terán manifestó que las opciones estudiadas eran cuatro. «Hay dos previsiones por carretera y otras dos por ferrocarril. Con respecto a las de carretera existe un proyecto que permitiría la unión de O'Donnell con el nudo Eisenhower y el quinto cinturón, y otro que permitiría la unión de Alberto Alcocer con el aeropuerto. Los proyectos de unión a través de ferrocarril son el de la Renfe, consistente en salir de la estación de Chamartín, aprovechar la línea a Barcelona y desviarse a la altura de la Alameda de Osuna, y el del Metro, por el que se ampliaría, bien la línea V desde Canillejas o la línea VII desde Las Musas, donde se cuenta con la ventaja de que hay talleres y cocheras. Creemos que esta última solución, con la de O'Donnell por carretera, ya que se han realizado las expropiaciones, son las más razonables. En la nueva línea de Metro podrían ponerse estaciones en Ciudad Pegaso, Alameda de Osuna, Barajas (nacional), Barajas (internacional) y pueblo de Barajas. Esta solución se podría realizar en cuatro años, pero depende de las conversaciones que tengamos con el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo y con el Ayuntamiento, ya que, paradójicamente, sobre este tema el Ministerio de Transportes solo no puede hacer nada.»

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