La pérdida de un motor de un DC-10 causó el peor desastre aéreo de EEUU
En el peor desastre de la historia de la aviación civil norteamericana, 270 personas resultaron muertas el viernes, al estrellarse un avión DC-10, de la compañía American Airlines, instantes después de haber despegado del aeropuerto O'Hare, de Chicago, con destino a Los Angeles.
Según relatos de testigos presenciales, el aparato perdió su motor izquierdo en el mismo momento que se elevaba sobre la pista de despegue, continuó ascendiendo unos 150 metros, hizo un giro a la izquierda y cayó en picado, incendiándose inmediatamente. No hubo ningún superviviente entre los 255 pasajeros y quince tripulantes que viajaban en el DC-10.Los fragmentos del aparato y los cadáveres de las víctimas se encontraron esparcidos en un área de un radio de más de cien metros. Uno de los testigos describió como «una gigantesca bola de fuego» el Incendio provocado por la colisión.
El aparato, que iba a volar sin escalas hasta Los Angeles, en California, estaba cargado con cerca de un cuarto de millón de litros de combustible. El motor desprendido se encontró en la pista de despegue, sin que presentara daños aparentes. No están claros los motivos por los que se desprendió el reactor y todavía ayer no había una versión oficial del accidente.
El viernes por la noche se dijo que no existían indicaciones de que el accidente hubiera sido provocado por un sabotaje.
Los equipos de socorro que llegaron al área donde se estrelló el DC-10 tuvieron que esperar a que se enfriasen los fragmentos. La orden de alerta que había sido dada a los hospitales cercanos al conocerse el accidente se suspendió cuando se comprobó que no había ningún superviviente. Como primera medida, los equipos de socorro colocaron unas banderas en los lugares donde se descubrieron cadáveres, con una cifra que indicaba el número de víctimas allí semienterradas por los restos del fuselaje.
Las autoridades confirmaron ayer que se había recuperado la llamada caja negra del avión, donde se graban todos los incidentes del vuelo, lo que quizá contribuya a averiguar las causas del accidente.
En el accidente del viernes en Chicago, las llamas y una espesa columna de humo negro pudieron verse desde el centro de la ciudad, a unos veinticinco kilómetros.
Entre las víctimas Figura uno de los directores adjuntos de la revista Playboy, Sheldom Wax, y su esposa, Judith Wax, que es una conocida escritora de Chicago. Muchos de los pasajeros estaban relacionados con la industria del libro e iban a Los Angeles a una convención de libreros y editores.
Un avión polémico
La catástrofe aérea de Chicago volverá a encender la polémica sobre la seguridad del DC-10, un trirreactor comercial construido por la compañía norteamericana McDonnell Douglas, que fue objeto de serias críticas hace unos años, y del que se han fabricado unas 280 unidades que vuelan en más de cuarenta líneas aéreas de numerosos países, entre ellos España.En marzo de 1974, al despegar del aeropuerto parisiense de Orly, un DC-10 de las líneas aéreas turcas sufrió un accidente similar. En aquella ocasi ón murieron 346 personas, la cifra de víctimas más alta ocurrida en una catástrofe aérea con un solo aparato.
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