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El movimiento vecinal puede desaparecer si no encuentra un marco legal

«Si la futura ley de Régimen Local no recoge el papel de las entidades ciudadanas, el movimiento de barrios puede desaparecer totalmente.» Félix López, hombre con una larga y amplia trayectoria dentro de la asociación vecinal de la Meseta de Orcasitas, considera que, sin un marco legal claro, el movimiento no puede mantenerse.

La llegada de los ayuntamientos democráticos y la presencia de muchos de los líderes ciudadanos en puestos de responsabilidad dentro del aparato municipal ha supuesto un momentáneo, pero seco, frenazo en las reivindicaciones ciudadanas. A excepción de zonas tan localizadas como Orcasitas -Meseta, Poblado y Orcasur-, el movimiento de barrios parece haber muerto.La Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos está actualmente desmantelada y paralizada. A la hora de resolver o pedir soluciones para problemas generales de esta ciudad ha sido necesaria la creación de coordinadoras, a través de las que poder encauzar determinados problemas.

«Las asociaciones de vecinos deben estar presentes en las juntas municipales de distrito -dice Félix López-, y allí, junto a las restantes entidades vecinales de cada barrio, el concejal del distrito debe contar con su opinión y sugerencias para enfrentarse a los diferentes problemas de cada zona. Su labor concreta sería la de informar y asesorar.» La opinión de Félix López es compartida por la mayor parte de las personas que aún permanecen al frente de asociaciones de vecinos para el representante de la Meseta de Orcasitas, otro de los graves problemas con que se encuentra actualmente el movimiento ciudadano es la falta de líderes. «Gran parte de los que había están ahora ocupando cargos de responsabilidad en el Ayuntamiento y el momento político hace que los partidos no desplieguen sus fuerzas en los barrios. Una de nuestras exigencias», dice, «que debe ser recogida en la futura ley de Régimen Local, es que quienes ocupen cargos en las juntas directivas de cada asociación disfruten de las mismas condiciones que actualmente existen en el movimiento obrero. Para ir a negocir cualquier tema con la Administración, necesitamos tiempo libre, y ese tiempo debe ser pagado. Antes de eso se encargaba el partido político correspondiente. Pero si queremos», añade, «que el movimiento ciudadano sea apartidista, sin financiación ni beneficio político, debe ser la Administración la que nos libere. Hoy mismo, para una entrevista con el ministro de Obras Públicas, ha tenido que ir un jubilado porque ninguno de la junta directiva podía dejar su trabajo.»

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