El retraso en el programa nuclear provocará restricciones eléctricas

La urgencia de la revisión de las tarifas eléctricas, congeladas desde hace dos años, y la defensa de un programa nuclear vigoroso constituyeron los dos temas centrales de la intervención de José María de Oriol, presidente de Hidroeléctrica Española, segunda compañía eléctrica nacional, en la junta general de accionistas celebrada ayer en Madrid.El señor Oriol comenzó su largo parlamento recordando el accidente de Harrisburg y capitalizando a favor de la opción nuclear. El accidente de la central de Pennsylvania, dijo, pone de relieve que las medidas de seguridad son eficientes. Señaló que este accidente no se podría haber producido en centrales españolas, como la de Almaraz, por los sistemas adicionales de seguridad que posee.

Con respecto a la opción nuclear, el señor Oriol indicó que es la única que garantiza el suministro eléctrico en estos momentos. Hidrola, añadió, no ha dudado en gastar dinero en que sus técnicos estén al corriente de cualquier otra opción alternativa (solar, eólica, etcétera), pero, por ahora, no se ha encontrado. La misión de las compañías eléctricas, añadió, no es inventar nuevas alternativas, sino conseguir que las ya inventadas sean eficientes.

La parte central de la intervención del señor Oriol estuvo dedicada a comentar el sistema eléctrico alemán, calificado de eficiente, en el que participan accionistas privados y los entes locales. Destacó la importancia de la coordinación entre las compañías para planificar inversiones y administrar la red.

Finalmente, el presidente de Hidrola pidió a la Administración el establecimiento de precios realistas para la energía. En este sentido reclamó la subida de tarifas eléctricas, de forma que incorporen el aumento de todos los costes de explotación y no sólo los de los combustibles. La actual política de tarifas, dijo, va en contra de los pactos de la Moncloa, del Plan Energético Nacional, presentado por el Gobierno de las declaraciones del ministro de Industria, del programa de UCD y de la economía de mercado.

El otro aspecto que requirió la atención del presidente de Hidrola fue la evolución de las inversiones en instalaciones de producción eléctrica, especialmente nucleares. En los últimos cinco años, dijo, se han instalado capacidades de producción a razón de 900.000 kilovatios, mientras que en el quinquenio anterior se invirtió y construyó al ritmo de 1.800.000 kilowatios. Este descenso, añadió, se debe al retraso en el programa nuclear. Esta situación, dijo el señor Oriol, puede crear problemas serios de abastecimiento de energía eléctrica en un año seco, en el que la producción hidroeléctrica no alcance las tasas de los últimos años (40% de la producción total).

Sobre el último ejercicio de Hidrola, que se presentaba a la aprobación de los accionistas, el señor Oriol comentó someramente los datos de la memoria. La producción total de Hidrola fue de 14.432 millones de kilowatios hora (un 45% hidráulico y un 55% térmico). Con respecto al ejercicio anterior, el aumento fue ligeramente superior al 6%. Hidroeléctrica tiene en marcha en estos momentos inversiones en las centrales de Almaraz, cuya puesta en explotación se producirá a principios de año-, Cofrentes, en estado avanzado de construcción, y Valdecaballeros, paralizada y pendiente de autorización del Gobierno.

Los ingresos de Hidrola en el pasado ejercicio fueron de 46.122 millones de pesetas y los beneficios se cifraron en 12.604 millones de pesetas, que permiten un reparto de dividendo neto del 10%.

Al comienzo de la junta, algunos accionistas se quejaron de una irregularidad en la entrega de tarjetas de asistencia, ya que los servicios de la compañía pedían de forma un tanto confusa la firma de las tarjetas de los asistentes, delegando el voto en el presidente de la compañía.