Primera visita del rey Jaled de Arabia Saudita a Marruecos
Cohesionar a los Estados moderados del Islam, del Magreb al Machrek, parece ser el objetivo principal de la visita que efectúa desde el sábado pasado a Marruecos el rey Jaled, de Arabia Saudita.
En su primer viaje a este país desde que ocupara el trono wahabita hace tres años, el rey Jaled, que pasará catorce días en Marruecos, cuatro en visita oficial, los otros diez tendrán carácter privado, ha querido marcar con la impresionante delegación que le acompaña su predilección por la monarquía alauita.En estos designios panislámicos coinciden los intereses de ambos países: la influencia de Arabia Saudita se ve menoscabada, a pesar de sus enormes recursos financieros, por su escasez de recursos humanos. A Marruecos le ocurre lo inverso: le sobran recursos humanos, pero le faltan medios financieros.
Jaled, a quien acompañan los príncipes Saud al Faysal, ministro de Asuntos Exteriores, el príncipe sultán Ben Abdelaziz, ministro de Defensa y Aviación, y otros varios ministros y altos dignatarios de su régimen, parece estar motivado ante todo por el temor que ha despertado entre todos los países moderados del Machrek, productores de petróleo, la expansión de un Islam revolucionario que parece entronizarse en Teherán.
Si las promesas del ayatollah Jomeini de exportar la revolución no atemorizan a los grandes jeques conservadores de la península arábiga, porque difícilmente podrá extenderse entre el mundo musulmán sunita un Islam preconizado por los chiitas de Irán, sí preocupa, por el contrario, que los ayatollahs de Irán superen sus actuales, deseos de venganza contra el régimen anterior y logren imponer un régimen de verdadera justicia social y libertad humanas.
Aunque esto parece difícil por el momento, los grandes financieros de los petrodólares quisieran preparar sus armas para la batalla ideológica entre el Islam moderado y el Islam revolucionario que, al igual que socialdemócratas y marxistas en el siglo pasado en Europa, se aprestan a la lucha por las masas en todo el mundo musulmán.
La décima conferencia de ministros de Asuntos Exteriores islámicos de primeros de mayo, celebrada en Fez, que ha representado la victoria inicial de los moderados. Con el apoyo de Arabia Saudita, el rey Hassan II de Marruecos ha visto reforzada su imagen internacional al serle confiado el comité encargado de la liberación de Jerusalén.
El Islam se extiende
La realidad es que protegido por el inmenso arsenal financiero de los petrodólares, el Islam se extiende por Africa en vez de retroceder, como constató la pasada cumbre de Fez.Se trata ahora de saber cuál será el Islam que predomine, si el de los moderados, que avanzan con sus inversiones y ayuda financiera, con sus mezquitas, o el de los que propugnan una interpretación revolucionaria de la doctrina del profeta Mohamed.
Sin embargo, estos avances del Islam moderado no se harán sin contrapartidas que no todos desean. Ya la séptima conferencia de los ulemas marroquíes, reunida en la ciudad de Uxda desde el pasado sábado, reclama en sus conclusiones finales la prohibición del alcohol, los juegos de azar, la droga, el retorno a la sharia (ley coránica), cuya sola mención ha causado ya disturbios en otros países como Mauritania, y la imposición del viernes como día de descanso para Marruecos.
