Paloma Gutiérrez no convivió con González Pacheco
Con fecha 29 de abril apareció información en el periódico que usted dirige en la que se afirma que yo, Paloma Gutiérrez Estévez, he estado conviviendo con el conocido torturador Billy el Niño, Antonio González Pacheco. Como dicha noticia es una infame calumnia lanzada contra mi persona, me veo obligada a aclarar las cosas públicamente, para lo que espero sea publicada esta carta en su periódico.Ya a mediados de diciembre se difundió esta noticia a través de la revista de la CIA Cambio 16, quienes no citaban agencia informativa alguna, por lo que era fácil imaginar que la fuente de esa noticia era falsa. Por oira parte, ¿quién sino la policía y sus colaboradores, cuyo único fin es tratar por todos los medios de desprestigiar a las organizaciones revolucionarias, van a inventar una mentira semejante, una mentira que además no reviste la más mínima comprobación?
En esa ocasión, mi abogado, Fernando Salas, desmintió la notícia por medio de una carta-réplica que salió publicada, aunque completamente mutilada, en el número 371 de Cambio 16. Como considero que en dicha carta queda suficientemente clara (para todos aquellos que lo quieran ver) la falsedad de la noticia, ahora me limitaré a sacar a la luz las verdaderas intenciones de esa clase de noticias, ya que de nuevo me he visto desagradablemente sorprendida al ver reproducida la información en su periódico.
Además, he de decir que ustedes van más lejos que sus colegas de Cambio 16, ya que, para dar más verosimilitud a la mentira, añaden que es normal que un policía mantenga ese tipo de relaciones, si eso le permite infiltrarse en los grupos revolucionarios y obtener información.
A eso yo diría que lo que es normal, desgraciadamente, es que la prensa se dedique sistemáticamente a deformar la realidad y a colaborar en la campaña de desprestigio de las organizaciones revolucionarias, pues está claro que su periódico no se limita a reproducir una noticia de agencia, ni su intencíón es la de poner al descubierto las posibles contradicciones dentro de la policía. No, eso sólo es la tapadera. La verdadera intención es la de engañar, la de confundir a la opinión pública, tratar de establecer conexiones inexistentes entre la policía y las organizaciones armadas revolucionarias, en este caso los GRAPO, para desprestigiarlas.
Con demasiada frecuencia aparecen noticias de «fuentes oficiosas» o de «fuentes dignas de todo crédito» sobre las supuestas conexiones de dichas organizaciones con la CIA, sobre supuestos pactos con la policía, sobre los «puntos oscuros», cuando no atribuyen a los grupos armados revolucionarios acciones puramente fascistas (véase el caso de la bomba fascista a su periódico).
Resulta sorprendente que quienes demuestran tan poco rigor al informar, quienes no reparari en presentar lo blanco como negro y lo negro como blanco, quienes; llegan a la calumnia, hablen de objetívidad y clamen por la «libertad de expresión», por la «independencia de la prensa», por el «derecho del pueblo a conocer la verdad», etcétera. Está claro, demasiado claro, que la prensa, salvo honrosísimas excepciones, informa de una «verdad», la verdad de los que detentan el poder; es decir, sirve a los intereses de una clase muy determinada.
Prisión Provincial de
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