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El caos energético

«España es el país occidental que más ha aumentado sus compras de petróleo desde 1974; mientras Estados más desarrollados que el nuestro e igualmente dependientes del petróleo ajeno, como Alemania Federal, Francia, Italia o Bélgica, reducen, en algunos casos de forma muy apreciable, su consumo de petróleo, aquí hemos pasado de importar veintiocho millones de toneladas de crudo en 1974 a 45 millones en el pasado año. Toda una triste marca mundial.Desde la crisis energética que se desencadenaba en el otoño de 1973, y que sigue aleteando especialmente sobre la econoinóa de las naciones con déficit de energía como es España, las líneas de actuación generales están muy claras: fomento del ahorro energético, reducción de la dependencia exterior, explotación a fondo de los recursos propios, diversificación de nuestros suministradores energéticos. Hay coincidencia general en esos objetivos básicos, pero no se ponen en marcha. Es particularmente desolador que el cambio político en Irán, que ciertamenteno se gestó en su día, sino que ha sido un proceso de muchos meses de duración, nos haya cogido literalmente en pañales y nos haya colocado en serias dificultades.

El actual Gabinete refrenda el Plan Energético Nacional que elaborara el anterior equipo, por estimarlo válido en sus contenidos. Ese plan espera aún su debate en las Cortes. La cuestión energética no es precisamente de las que toleran aplazamientos o dilaciones. Urgen ya medidas de actuación tendentes a esos objetivos en los que hay coincidencia general. (...)

No somos un país potente en los recursos energéticos usuales, pero sí en muchos hasta ahora poco explorados. El desarrollo de la investigación y la toma de decisiones en este campo tampoco debe dilatarse. En energía solar tenemos unas posibilidades que no tiene ningún otro país europeo. (...)

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Al mismo tiempo no deben desestimarse totalmente recursos que todavía y durante bastantes años nos ofrecen muchas posibilidades, caso del carbón, al que la persistente subida del,petróleo hace cada día más competitivo. Dar totalmente la espalda al carbón es otra muestra de derroche que -recordemos el eslogan- «España no puede permitirse».

En este tiempo de ampliación y diversificación de nuestras relaciones internacionales, la diversificación también de nuestros abastecedores energéticos no debiera ser problema para un país buen pagador como es el nuestro. Está el petróleo africano. está el petróleo -más lejano, pero nada desdeñable- de los países latinoamericanos, como posibilidades para disminuir esa peligrosa dependencia del petróleo del Próximo Oriente y alejar esas sombras de un posible desabastecimiento, que para un país considerablemente industrializado como el nuestro son más que inquietantes.

Sólo cuando el Gobierno haya puesto en marcha una política efectiva, que rinda frutos, en esas direcciones, podrá aspirar a «colocar» el modelo nuclear. Presentar éste como la panacea, cuando la política energética española sigue siendo un caos, incluso en sus aspectos más elementales, no es de recibo.

, 17 mayo.

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