Preguntas nucleares
La carta de Alina Boschmonar titulada Desinformación nuclear, aparecida en EL PAÍS de fecha 8 de los corrientes, que peca de ligereza, merece una contestación. Por supuesto, no la debía de dar yo, sino varios simposios que al menos se celebraran en el Palacio de Exposiciones y Congresos, con la participación de expertos tanto nacionales como extranjeros, así como representantes de partidos políticos y grupos ecologistas, y que además fueran televisados en directo en horas de máxima audiencia.Por ejemplo dice: «¿Qué se apuestan a que dentro de poco tenemos ya referéndum para el sí o el no a las centrales atomoeléctricas?» Particularmente no creo que haya que rasgarse las vestiduras ante tal perspectiva; a las pruebas me remito: en Austria hubo referéndum para manifestarse sobre la central nuclear de Zetendorf, a cuarenta kilómetros de Viena, y por cierto será eliminada ya que la consulta popular así lo decidió.
Más adelante, escribe algo acerca de la ignorancia de «los españoles de a pie»: «Salga lo que salga, una mayoría, como siempre, apenas sabrá de qué va la cosa.» Posiblemente, así sea, pues por desgracia en España se lee poquísimo, pero no obstante hay que preguntarse: ¿quién ha informado al pueblo español sobre un tema tan complejo?, ¿acaso los diferentes partidos de todo el espectro político les han culturizado sobre el tema?
Habrá que explicar a través de todos los medios de comunicación -incluyendo la TVE-, de los siguientes puntos: 1.º), que es el informe Orsec-Rad italiano que fue robado por los ecologistas alemanes de Friburgo; 2.º) si tenemos estaciones de seguridad radiológicas en las centrales atómicas en funcionamiento; 3.º) si existen «sepulcros eternos», a donde van a parar los residuos radiactivos, más seguros que los de la mina abandonada de Hornachuelos; 4.º) la capacidad de respuesta de la policía fluvial o marítima -si es que existe, para estos casos- y la de los técnicos de los equipos de protección contra las radiaciones, ante un posible «Harrisburg hispano»; 5.º) las consecuencias genéticas que pueden originar cánceres tardíos, y así, un largo etcétera más.
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