La visita de los Reyes a Africa puede potenciar unas relaciones casi inexistentes
ENVIADA ESPECIAL, Los Reyes de España llegarán en la mañana de hoy a Dakar, capital de Senegal, última etapa de su primer viaje por tres países africanos, y en el que se ha puesto de manifiesto el interés mutuo por consolidar unas relaciones hasta ahora prácticamente inexistentes. La presencia de don Juan Carlos en este continente y sus conversaciones con los presidentes de Costa de Marfil y Guinea han contribuido a ese acercamiento que tan sólo la posterior labor de la diplomacia española hará que se desarrolle fructíferamente o bien que quede traducido en la anécdota de un viaje puramente protocolario.
El interés de estos países del Africa negra por estrechar sus contactos con España fue puesto en evidencia claramente por el presidente de Guinea-Conarkry, Seku Turé, en la entrevista que mantuvo en la mañana de ayer con don Juan Carlos en Conakry, y a lo largo del discurso que pronunció el día anterior en el estadio de la capital, en la Fiesta cívico-militar conmemorativa del aniversario de la revolución guineana.La escala real en Conakry estuvo fuertemente marcada por el aniversario de la revolución, que convirtió a este país en una réplica nacionalista de carácter socialista, a cuyos actos conmemorativos asistieron los Reyes como invitados de excepción. Más de 100.000 personas, que participaron en la ceremonia cívico-militar celebrada en el Estadio 28 de Septiembre, aclamaron a la pareja real y aplaudieron las palabras del presidente Seku Turé dirigidas a la «naciente democracia española y a su artífice, el rey don Juan Carlos».
El presidente guineano dedicó una parte de su discurso a elogiar la labor del Rey en el proceso democrático de España y mostró su interés por desarrollar las relaciones de amistad y cooperación entre el pueblo revolucionario de Guinea y el pueblo hermano de España, que tiene la responsabilidad histórica de llevara cabo un proceso de entendimiento entre las naciones. El presidente Seku Turé señaló que su país no tenía ningún complejo a la hora de establecer cooperación con otros países, bien sean socialistas o capitalistas, y que en el caso de España, existían unas relaciones de amistad consolidadas por el viaje real. «El rey don Juan Carlos -dijo- ha sabido impulsar el sistema democrático de España y la Monarquía se ha adaptado a las exigencias del pueblo español, con el que nuestro pueblo desea mantener unas sinceras relaciones de cooperación.»
El Rey contestó al presidente Seku Turé mostrando en primer lugar su confianza de iniciar un camino de cooperación entre Guinea y España. «Nuestro país -dijo el rey- aplaude el ideal de la unidad africana, así como el empeño de reconciliación y de cooperación regional que habéis iniciado, se solidariza con la lucha de vuestro continente por erradicar el racismo y la discriminación que persisten en el cono sur, y le parece justo que las naciones que han alcanzado su independencia mantengan su destino en sus propias manos, y no vean este coartado o desvirtuado por nuevas dependencias exteriores. »
«España -añadió don Juan Carlos-, como considera que el fenómeno liberador de la descolonización debe ser, no solamente político, sino económico y cultural, comprende la legítima ambición de los africanos para sacar el mayor provecho posible de sus recursos naturales, que en el caso de Guinea son muy grandes, con objeto de equipararse y promover su desarrollo. Y sabe que, para conseguir esto, las jóvenes naciones necesitan de cooperación técnica y ayuda económica. Los españoles, en la medida de nuestras posibilidades, deseamos aportar ambas. »
Los discursos de ambos jefes de Estado se produjeron en un ambiente fuertemente politizado por el aniversario de la revolución. La coincidencia del viaje real con estos actos fue interpretada negativamente por algunos medios.
Este interés mutuo por el desarrollo de las relaciones se puso de manifiesto en la entrevista mantenida por ambos jefes de Estado en la mañana de ayer en Conakry. En la misma, el presidente guineano expresó su deseo de llegar a un acuerdo pesquero con España, que podría desplazar a algunos de los convenios bilaterales que en este terreno mantienen las autoridades guineanas con otros países, según pudo saber EL PAIS en medios cercanos a las mismas.
Los mismos medios señalaron el interés de la República Popular Revolucionaria de Guinea por estrechar sus relaciones con países de potencia económica media, como puede ser España.
Esta disposición del Gobierno guineano coloca a este país como un potencial cliente de España, con unas posibilidades no desestimables. Si se tiene en cuenta que nuestra balanza de pagos con Guinea es una de las más bajas del continente africano, con un enorme déficit para España, que una de las mayores partidas de nuestras exportaciones, el cemento, se realiza en gran parte a través de Francia, y que, por ejemplo, la bauxita que España exporta a Guinea se hace a través de compañías estadounidenses y francesas, cabe llegar a la conclusión de la urgencia de un replanteamiento de nuestras relaciones económicas con este país, objetivo que no ha estado ausente en esta escala real.
Por lo que respecta al fondo político de las conversaciones, es previsible que ambos jefes de Estado pasaran revista a la situación del continente africano y, en especial, al tema del Sahara y Canarias, aunque no ha trascendido nada a este respecto.
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