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Pleno del Congreso

José Luis Leal anunció pocas soluciones y un programa a medio plazo

La necesidad imperiosa de crecer por encima del 4% anual y de distribuir adecuadamente ese aumento de la productividad, «sin riesgo de paralización de la economía», es una de las conclusiones que caben extraer de la intervención del ministro de Economía, José Luis Leal, ante el Pleno del Congreso, al comienzo del debate general sobre la situación económica. La exposición gubernamental se centró en el anuncio de un programa a medio plazo y dio origen a una polémica reglamentaria, al intentar los socialistas, y no lograrlo, ser los primeros en intervenir inmediatamente después del ministro.El debate sobre economía se inició con la lectura por un secretario de la comunicación del Gobierno sobre el tema, de la que EL PAIS anticipó ayer un resumen. La intervención que siguió del ministro de Economía fue, en buena parte, una repetición glosada del escrito citado. Junto al análisis de la situación actual, el señor Leal expuso varios problemas de fondo, entre ellos el de la dimensión del sector público, y el marco jurídico de las relaciones laborales. Sobre el primero estimó que la participación del sector público en la actividad económica es inferior en España que en otros países europeos, en donde, por cierto, se tiende a reducir dicha participación.

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Según el señor Leal, nos encontramos ante el comienzo de una reactivación económica, cifrada en un incremento de la tasa de crecimiento entre el 3% y el 5% en el primer trimestre de este año. Para su mantenimiento, el Gobierno contempla con preocupación lo que considera excesivo aumento de los salarios, próximo al 14%, cuando una elevación por encima del 13% se estima que «repercutiría inevitablemente » sobre los precios.

El ministro de Economía vinculó la solución del problema del paro al tema de las inversiones en el sector privado. Señaló que en el marco de relaciones laborales heredado eran esenciales la ausencia de libertades sindicales y del derecho de huelga de los trabajadores, por lo que la aparición de estas novedades constitucionales exige un replanteamiento del cuadro jurídico laboral. Mientras no ocurra así, gran parte de la inversión privada se realizará -como viene ocurriendo, según dijo- «no para crear empleo, sino para sustituir puestos de trabajo», con lo que se aumenta la barrera entre quienes tienen y no tienen empleo.

Aceleración del ritmo de crecimiento

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Desde el punto de vista gubernamental, entre los remedios que el señor Leal ofreció para el paro -agravado por el aumento de la natalidad experimentado en los años sesenta, el éxodo anual de 90.000 campesinos del campo a la ciudad y el cierre de la salida de la emigración- figuran la aceleración y mantenimiento del ritmo de crecimiento; el aumento de la escolaridad de catorce a dieciséis años; el esfuerzo para una formación profesional más adecuada, y la reducción paulatina de la edad media de jubilación.

La preocupación fundamental expuesta por el señor Leal fue la del incremento de la productividad por encima del 4% anual, así como el reparto equilibrado de la misma entre los trabajadores instalados, los empresarios y el Estado, sin que esta distribución genere tensiones. Para que la tasa del crecimiento supere él 4%, el Gobierno prepara un programa a medio plazo -el señor Leal resaltó que no se trata de un plan, porque el Estado no puede configurar la sociedad, sino la sociedad al Estado- que facilite un marco global flexible acorde con los intereses de los diferentes agentes sociales y con el marco general de nuestra economía y de la próxima integración en la Comunidad Económica Europea.

La ordenación del debate sobre la situación económica suscitó una controversia reglamentaria, al desear los socialistas ser los primeros en replicar al ministro de Economía. Se impuso el criterio del presidente del Congreso, Landelino Lavilla, según el cual las intervenciones habían de producirse en orden de menor a mayor número de diputados de cada uno de los grupos parlamentarios que solicitaran intervenir.

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