Willy Brandt augura una gran abstención en la elección presidencial alemana
El presidente del Partido Socialdemócrata de la República Federal de Alemania, Willy Brandt, comentó ayer que quizá se produzca un alto grado de abstención en la elección del presidente federal el próximo 23 de mayo, día en que la República Federal de Alemania cumplirá también treinta años de existencia.
El vaticinio del ex canciller ha coincidido con el anuncio de la ausencia de un contracandidato de la coalición social-liberal en competencia con el aspirante democristiano Karl Carstens. «Para nosotros, Carstens no es la persona idónea», han dicho los partidos del Gobierno.El pasado controvertido del candidato derechista ha convertido estas elecciones -que se llevan a cabo a través de una asamblea nacional integrada por los miembros del Parlamento y por un número igual de ciudadanos seleccionados por los Gobiernos regionales- en una prueba simbólica de fuerza entre el futuro y el pasado de Alemania, cuando ésta no era aún la RFA.
El peso del partido del que procede Carstens parece será muy intenso en su gestión como «presidente de todos los alemanes». Dentro de la Unión Cristiano Demócrata, el componente bávaro de la misma, el Partido Cristiano Social, ha atribuido a Helmudt KohI, tras las elecciones de Schleswig-Holstein del pasado fin de semana, una falta de objetivos claros en la dirección del partido Helmut Kohl.
Los cristianosociales desean una orientación aún más derechista y un mayor peso decisorio de su partido bávaro; nuevamente éste ha insistido en que muy pronto el Partido Unión Cristiano Social «asumirá sus responsabilidades en toda la RFA», lo que equivale a decir que Franz Josef Strauss mantiene sus aspiraciones de extender por todo el país su partido y hasta de verse convertido en candidato a la cancillería por la Unión Cristiano Demócrata.
El descenso de votos obtenidos por este partido en Schleswig-Holstein es un índice de que no ha remitido el declive iniciado en 1976. Con un presidente originario del sector más derechista de la Democracia Cristiana[, con un Partido Liberal desanimado respecto de su alianza con los socialdemócratas y con un Strauss que mantiene sus aspiraciones expansionistas, el panorama político de la RFA se abre a un futuro incierto. Tanto que un presidente con tanto prestigio como el actual, Walter Scheel, parece tentado a aceptar la secretaría general de la OTAN, en sustitución de Joseph Luns.
Si la abstención de que hablaba ayer Brandt significase que los compromisarios sociaI-liberales se negaron a votar un presidente el próximo 23 de mayo, esto significaría que Carstens sería el presidente de la mitad de los alemanes, lo cual no parece un dato festivo para conmemorar las tres décadas de moderna historia alemana.
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