Un español mata a tiros a cuatro personas en Bruselas

Un español de 38 años dio muerte ayer, por causas que hasta ahora se desconocen, a cuatro personas, entre ellas, una mujer, en el inmueble en que reside en la capital belga.Según los datos de que se dispone, el trágico suceso se produjo a raíz de una discusión con sus vecinos, por motivos aún sin desvelar, cuando el español, identificado como Guillermo Gallego, armado de una carabina de repetición y un cuchillo de monte, inició los ataques que han costado la vida a cuatro personas.

Uno de los vecinos del inmueble, que se salvó de la violenta acción del español, afirmó haber oído una grave discusión en la escalera, seguida de una detonación.

Otro vecino, que se identificó como Marcel, bajó al piso del primero y le dijo: «El español acaba de matar a Emilio». Ambos se atrincheraron en el apartamento, interponiendo muebles tras la puerta, poco antes de que Gallego disparase contra ésta y produjese un gran boquete.

Al ver que el español introducía.el fusil por el boquete, ambos vecinos se refugiaron en la cocina y pidieron socorro por las ventanas.

Desde allí también advirtieron al otro inquilino marroquí, Haid. Mussah, para que no entrase en el edificio pero éste, desatendió él consejo y murió poco después a consecuencia de un disparo de Gallego.

Una amiga de Mussah, Lucía Verly, de 49 años, que llegó para visitar al marroquí, también resultó muerta al ser alcanzada por los disparos, así como un vecino imposibilitado, de cierta edad, Godfriedt Delpierre. A la llegada de la policía, el español se encontraba en un balcón, desde donde intentó disparar contra el agente François Vandeborne, pero los disparos de protección de otro policía le obligaron a buscar refugio en el interior.

Fue entonces cuando el agente policial Laurent Nauts lanzó varias granadas lacrimógenas al interior del edificio, que obligaron a Gallego a salir con las manos en alto y entregar las armas. El español, que residía en la casa desde hacía poco tiempo, es prácticamente un desconocido para el resto de sus vecinos, que, pese a considerarle un hombre sombrío, poco sabían de él.