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El PCE no defiende la independencia del archipiélago canario

El secretario general del Partido Comunista de Canarias, José Carlos Mauricio, convocó ayer una conferencia de prensa en Madrid, a fin de desmentir unas declaraciones que le fueron atribuidas por un diario canario y para explicar la postura de su partido ante la actual situación del archipiélago. El señor Mauricio, que se encontraba acompañado por el secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, y por varios miembros del comité ejecutivo del PCE, afirmó que Canarias necesita a España, que no existe una relación colonial entre ambas y que los planteamientos independentistas constituyen «una torpeza, una estupidez o una irresponsabilidad que llevaría a las islas a un desastre mucho mayor que el actual».

Sin embargo, añadió que constituía también una irresponsabilidad no tomar conciencia de lo explosivo de la situación en Canarias, así como de que existe detrás de todos esos planteamientos, un sentimiento auténtico, aunque toscamente expresado, de la especificidad de lo canario y la exigencia de un autogobierno. Reconoció que su partido no había prestado en los últimos años la suficiente atención a este proceso, aunque, dijo, se ha realizado ya una autocrítica en profundidad.José Carlos Mauricio explicó el revuelo ocasionado por unas declaraciones que le fueron atribuidas, según las cuales el PC de Canarias estaría dispuesto, si el pueblo así lo exige, a luchar por la independencia del archipiélago. Dijo que se trataba de una clara manipulación de la polémica mantenida entre representantes de su partido y de Unión del Pueblo Canario (UPC) en la Universidad de La Laguna.

«Yo defendí la propuesta del PC, que consiste en la búsqueda del autogobierno a través de la vía constitucional y pacífica -prosiguió- UPC dijo que al pueblo canario se le imponía la autonomía, y yo expliqué que el pueblo participaría en la elección de un Parlamento autónomo, a la que podrían concurrir también las fuerzas independentistas, que, a mi juicio, representan tan sólo un sector muy pequeño de la población, y que todos tendríamos que aceptar la voluntad del pueblo expresada en esas elecciones. De esa afirmación, un periodista concluyó que si la voluntad del pueblo canario era la independencia nosotros la defenderíamos.»

Santiago Carrillo, por su parte, estimó que el incidente de Canarias debía enmarcarse en la manipulación que un sector de la derecha realiza también del pacto municipal PSOE-PCE, calificándolo de frentepopulismo. Reconoció que el Gobierno «había caído en la trampa» y que en el Consejo de Ministros del pasado viernes se había expresado cierta alarma. «No descarto -añadió- que, en vísperas del viaje del señor Suárez a Argelia hubiera gentes que al difundir esta falsa noticia tuvieran la intención de hacer creer que el independentismo ha alcanzado incluso a partidos como el nuestro.» Insistió en la inquietud y preocupación del Gobierno y en el deseo del PCE de dejar aclarado perfectamente el problema.

José Carlos Mauricio se refirió a una serie de acontecimientos «preocupantes» que se han producido últimamente en Canarias: los incidentes provocados por el Gobierno Civil con ocasión de la constitución del Ayuntamiento de Las Palmas y la colocación de la bandera canaria; el hecho de que el presidente del Cabildo (UCD) tuviera que abandonar la Corporación por la puerta de atrás y el acuerdo del Ayuntamiento de Las Palmas, controlado por UPC y PSOE, de negarse a celebrar el acto conmemorativo de la. incorporación de Canarias a la corona de Castilla, así como las intervenciones peyorativas para con las instituciones que suelen participar en este acto cívico-militar.

«Existe -agregó- un estado de crispación latente al que contribuye el altísimo índice de paro de la juventud canaria y la inmigración de peninsulares y extranjeros, que provoca el apartamiento de los trabajadores canarios no cualificados procedentes de la crisis del campo.»

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Declaración del señor Oreja

«Ceuta, Melilla y Canarias son temas exclusivamente de política interior», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, durante una declaración a Radio Nacional de España.En torno al Sahara, Marcelino Oreja dijo que «la responsabilidad actual de España respecto a la Administración del territorio del Sahara concluyó en febrero de 1976».

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