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II Semana de Biología en la Fundación Juan March

Numerosas especies vegetales en España, amenazadas de extinción

«La flora española es, sin ningún género de dudas, la más rica y variada de Europa», declaró César Gómez Campo, miembro de la cátedra de Fisiología Vegetal de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madriden la exposición de su trabajo sobre Protección de especies vegetales amenazadas en España. Continuó diciendo el ponente que a pesar de esto, la protección de especies vegetales ha recibido muy escasa o nula atención por parte de los organismos competentes en nuestro país, habida cuenta del reconocimiento que en varías reuniones internacionales recientes ha tenido la región mediterránea como una de las más interesantes del mundo y donde la erosión genética es muy intensa.El trabajo referido centra su atención en la búsqueda de soluciones de urgencia para el problema planteado, así como de las técnicas de posible uso futuro y la recopilación de información general sobre el tema en atención a la puesta en práctica de una política más amplia de protección de la flora en nuestro país. Para ello se han llevado a cabo una docena de estudios con cierta independencia unos de otros.

La distribución geográfica de los estudios abarca no sólo la España peninsular, sino también Portugal y todas las islas dependientes de ambos países, así como una pequeña proporción de las especies norteafricanas cuya única representación en Europa se encuentra en la Península Ibérica.

Se ha elaborado una relación de las zonas de interés natural a nivel de todo el Estado español atendiendo a su clasificación como zonas con valor de parque nacional, de reserva integral y de parque natural; también una relación de especies endémicas españolas en riesgo de extinción, especies endémicas vulnerables y especies en peligro no endémicas.

Sobre muchas especies pesa algún tipo de amenaza de extinción o son consideradas vulnerables. Algunas sobre las que se han realizado estudios experimentales son: Vella pseudocytisus L., Silene hifacense, Hutera rupestris, Antirrhinum charidemi, A rtemisia granatensis.

Si bien, según el profesor Gómez, se recomienda la protección de los ecosistemas naturales donde las especies amenazadas de extinción se desarrollan como medio más idóneo para su conservación, su puesta en práctica supondría un considerable esfuerzo y su período de aplicación se dilataría demasiado, dada la urgencia que hay para solucionar el problema.

Banco de semillas

La alternativa tomada y puesta en práctica para la realización del trabajo a que nos referimos ha sido la elaboración de una colección de semillas almacenadas bajo determinadas condiciones con el fin de que alcanzasen una gran longevidad. En el caso de las plantas es fácil conseguir este almacenamiento en espacios muy reducidos y con ello se consigue el doble fin de evitar posibles extinciones y disponer para la investigación la parte más rara y desconocida de nuestra flora sin el menor peligro para la misma. Esto es, la creación de un banco de semillas.El método utilizado para la conservación de las semillas es el de encapsular las muestras en tubos de vidrio cerrados a la llama con gel de sílice y una atmósfera inerte en el interior, almacenándolas posteriormente en una cámara a -5º C.

Por medio del gel de sílice se reduce la humedad de las muestras hasta un 3% aproximadamente, y a través de un indicador de cobalto puede detectarse cualquier muestra defectuosa que absorba humedad del exterior. Las muestras así almacenadas pueden llegar a conservarse por un período de varios miles de años, aunque para los objetivos perseguidos, con unos cientos bastaría.

A título de ejemplo, «el Diplotaxis siettiana Maire -se asegura en un informe- de la isla de Alborán, del cual no existen en la Naturaleza más de 150 a doscientos individuos que crecen alrededor de una pista de helicópteros, con la amenaza que esto supone, fue objeto de atención para los investigadores. En una visita a la isla se recogió una muestra de semilla que se reprodujo en Madrid con el sistema anteriormente expuesto durante dos temporadas consecutivas, hasta conseguir unos seis centímetros cúbicos de muestra. En esta cantidad se estimó en unas 60.000 el número de semillas contenidas, con lo que la población encapsulada es incomparablemente mayor que la natural». En consecuencia, si la especie llegase a desaparecer de la isla sería reemplazada fácilmente a partir del banco de semillas.

Otros datos, ya generales, indican que «el 85% de los taxones germinaron bien, sin necesidad de pretratamientos, al menos con una de las tres temperaturas empleadas (l6º C, 21º C y 26º C). La cifra de especies sin problemas especiales de dormición fue prácticamente idéntica para los endemismos ibéricos y para los macaronésicos. Del conjunto total, aproximadamente el 50% no mostró una especial preferencia por alguna de las temperaturas reseñadas. Un grupo bien definido mostró una germinación mayor a temperatura más baja. Entre estas plantas se encontraban muchas especies rupícolas o de altitud».

«En muchas de las especies de piso alpino, las necesidades de frío podían sustituirse por un tratamiento de giberelinas. Otro grupo clásico lo constituyen las leguminosas de cubierta dura e impermeable, pero el número de endemismos con esta característica no es muy abundante, y los que existen son a menudo los más difíciles de recolectar por la dehiscencia de sus legumbres.»

Por otra parte, el grupo elaboró un catálogo detallado de todas las dicotiledóneas endémicas de la Península Ibérica y Baleares, adjuntando a cada endemismo su área de distribución, así como información sobre su habitat y una evaluación de su estado de conservación, aunque esto de un modo provisional, de acuerdo con la escala utilizada por el Comité de Plantas Amenazadas de la UICN.

Usos futuros de los bancos

«Uno de los posibles usos futuros de un banco de semillas -continuó diciendo el profesor Gómez- consiste en la reintroducción en las áreas potenciales primitivas donde la especie se extinguió, de poblaciones obtenidas a partir de la siembra y multiplicación del material vivo conservado en forma de semillas. Con esto -concluyó- se pretende continuar la vigilancia de las nuevas poblaciones en el futuro y aplicar el método a varias especies endémicas o amenazadas más.»En el trabajo se ofrece, además, un resumen de los últimos datos estadísticos sobre el contenido del banco de semillas y que reproducimos a continuación:

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