Asturias debe tener capacidad de decisión en las empresas públicas nacionales

La enorme dependencia de la economía regional de las empresas públicas nacionales, que condicionará sensiblemente la orientación de la política asturiana, y la necesidad de implicar a la variable regional en la toma de decisiones de estas empresas, con objeto de instrumentar debidamente las acciones que favorezcan el sector industrial y, en definitiva, a los intereses concretos de Asturias, son cuestiones en las que pone especial énfasis, el libro La economía asturiana ante la autonomía regional. Editado por la Confederación Española de Cajas de Ahorros, se trata en realidad de un resumen del informe de cuatro volúmenes realizado por la Sociedad Asturiana de Estudios Industriales (SADEI) por encargo del Consejo Regional.

Asturias tiene, según dicho estudio, notoria entidad como región (más de un millón de habitantes), un sector industrial potente en recursos agrarios especializados y, en general, una potencialidad económica de base bastante más fuerte que la que hoy pueden ofrecer muchas regiones españolas.La planificación de la región asturiana habrá de basarse necesariamente en el desarrollo de la industria y, más concretamente, en el de la rama transformadora del metal.

La situación periférica de Asturias exige una apertura infraestructural de la región a España y a Europa. Esta región necesita, por otra parte, un adecuado equipamiento social, hoy claramente deficitario.

Para impulsar y controlar su propio! desarrollo, la región autónoma necesita implantar unas instituciones válidas y operativas. José Luis García Delgado, decano de la facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo, expone la necesidad de evitar duplicidades burocráticas mediante el aprovechamiento de la condición uniprovincial de esta región; es decir, con la refundición en un solo organismo de la Diputación y el Consejo Regional. El profesor García Delgado considera un tópico grotesco culpar a la empresa pública de los problemas que tiene hoy planteados la economía regional, llegándose en algunos casos a sugerir la conveniencia de exigir una indemnización del Estado a Asturias por la actuación de Ensidesa y Hunosa. En su opinión, uno de los activos más importantes de esta región de cara al futuro es la importancia de su sector público industrial. La batalla decisiva habrá que librarla a la hora de definir las funciones del sector público, en toda la economía española; esto es, al elaborar un nuevo estatuto de la empresa pública que haga posible su utilización como instrumento reestructurador y de transformación del sistema económico. Ese es el camino para conseguir una nueva relación entre el sector público de la economía regional y las empresas privadas. Es preciso superar viejas líneas de actuación de la política económica teocrática y eliminar o contrarrestar los efectos disuasorios producidos hasta ahora por la empresa pública sobre el resto de la industria regional para movilizar al sector privado, potenciando la capacidad creadora y de innovación de la clase empresarial asturiana. Al sector público debe corresponderle también la tarea prioritaria de mejorar todo tipo de dotaciones de infraestructura.

La autonomía es para el profesor García Delgado la gran oportunidad de Asturias para responder adecuadamente al desafío que las otras regiones españolas y la Comunidad Económica Europea están declarando de hecho. La autonomía debe inaugurar un modelo de actuación política, y no sólo en el ámbito de la economía, que se caracterice por su imaginación, por su competencia y eficacia, por su transparencia informativa y, finalmente, aunque no en último lugar, por su honestidad y sometimiento a un permanente control democrático.