Dos jueces suspenden en su cargo al vicepresidente del Banco de Italia

Los jueces romanos Luciano Infelisi y Antonio Alibrandi, desafiando al Gobierno, han suspendido de sus funciones al vicedirector del Banco de Italia, general Mario Sarcinelli, responsable de la delicada sección de «vigilancia». Sarcinelli había estado últimamente trece días en la cárcel, y lo hubiese estado también el mismo gobernador Baffi, si no hubiese sido, dijeron los jueces, por su edad y por las posibles repercusiones internacionales del hecho. A Sarcinelli y Baffi se les acusó de no haber transmitido a tiempo a la Magistratura un informe de inspección de la sección de «vigilancia» sobre las financiaciones concedidas por el crédito industrial de Cerdeña a las sociedades del grupo Sir Rumianca.La noticia sobre la incriminación de los altos jefes del Banco de Italia, una de las pocas instituciones italianas con el máximo de prestigio internacional, hizo sospechar un golpe político de derechas contra Baffi, un hombre independiente que había entrado en el Banco de Italia dispuesto a desenmascarar muchos chanchullos pasados. Y se puso de relieve que uno de los jueces, Aldibrandi, se había declarado públicamente «fascista al ciento por ciento».

Ahora, el banco había pedido al Gobierno que Sarcinelli se incorporara a sus funciones de vicedirector general del Banco. Ayer, cuando estaba a punto de reunirse el Consejo de Ministros, que, según los observadores, habría dado el nihil obstat a la reincorporación de Sarcinelli, llegó la bomba de los jueces: comunicaron que éste había sido suspendido de sus funciones, según un artículo del Código Penal. Lo cierto es que la ley se lo permite a los jueces, pero es una ley que se ha aplicado sólo dos veces en cuarenta años con altos dirigentes de una institución pública y del prestigio del Banco Central.