Preguntas inevitables
«( ... ) Y la pregunta es esta, en toda su tremenda sencillez: ¿tiene el Gobierno un plan concreto, bien definido, para enfrentarse a la intolerable situación que atraviesan las provincias vascongadas? ¿Existe esa intención, ese propósito de que hablábamos al principio? ¿Qué final han previsto nuestras máxirnas autoridades a esta guerra civil que ya no disimula su verdadero rostro? ¿Se piensa atajar de algún modo este río de sangre o se le acepta como un hecho normal, como una consecuencia ínevítable del sistema político en vigor? ¿Se quiere convertir el asesinato, a fuerza de tolerancia, en una costumbre admitida, en un modo de opinión, en una fórmula legal?Del estupor inicial ante los crímenes de la ETA y los GRAPO -apodos distintos de una misma criatura- hemos pasado los espafíoles a la indignación prirnero, a la protesta despuésy, en fin, a una vergonzosa pasividad, a una lamentable atonía. Desbord ados por la ola de crímenes, por la impunidad de sus ejecutantes, por los entierros «desdram atizados » de sus víctimas, volvemos la mirada, con cada nuevo asesinato, hacia la altura donde se ejercita el Poder. Y esperamos un gesto claro, unas palabras firmes, una actitud que nos tranquilice y nos aliente. Pero no recibirnos ninguna respuesta válida. La escueta información, apenas. Porque hasta las frases conde natorias del comienzo han desaparecido ya. ( ... )»
12 abril