El rostro impenetrable

He leído con mucha atención el trabajo que ustedes han publicado sobre los contribuyentes más importantes o significativos, y creo que hay que congratularse de que no les hayan secuestrado a ustedes por ello; algo hemos avanzado con la democracia, porque me acuerdo bien de una revista a la que secuestraron precisamente por eso mismo hace pocos años.No sé si he comprendido bien las cifras que ustedes publican, pero después de darles vueltas me ha parecido observar un hecho escandaloso, por encima de que los contribuyentes hayan sido sinceros o no al declarar: resulta que personas con cientos de millones de pesetas o con miles de millones de pesetas en patrimonio no ganan casi dinero, y, a lo mejor, declaran uno o dos millones de pesetas al año por toda ganancia. ¿Qué clase de «rostro» hay que tener, en época de crisis económica y de un paro obrero tan enorme, para guardarse cientos de millones o miles de millones improductivos? Porque yo pienso que si patrimonios tan enormes sólo producen a su dueño un milloncillo de pesetas o por ahí, no será porque ha repartido el resto en generosos sueldos a millares de compatriotas más pobres que él. De modo que a ver qué hacen con la «pasta»....