Incógnitas respecto al futuro del Estatuto vasco
El ascenso nacionalista parece garantizar un amplio apoyo popular al proyecto de Estatuto elaborado por la anterior Asamblea de Parlamentarios, y con cuyo articulado el PNV se identifica más que cualquier otra fuerza. Sin embargo, la espectacular irrupción de Herri Batasuna en la vida política vasca puede ensombrecer, a corto plazo, la unanimidad nacionalista en torno al texto aprobado en diciembre pasado.
La coalición abertzale anunció en su día su intención de convocar una asamblea popular en la que, junto a los concejales electos, participarían representantes de organismos tipo asociaciones de vecinos, comités antinucleares, gestoras pro amnistía y otros similares. Dicha asamblea elaboraría, según el proyecto político de Herri Batasuna, un Estatuto alternativo al de los parlamentarios del 15 de junio, y cuyo contenido, más radical, recogería, entre otros aspectos, el derecho a la autodeterminación y la integración de Navarra en el marco político vasco.El PSOE reaccionó a esta iniciativa proponiendo la convocatoria de sendas asambleas de concejales electos -a nivel de cada provincia- a fin de ratificar el anteproyecto de Estatuto. La propuesta iba claramente dirigida a Herri Batasuna, que impugnaba dicho anteproyecto por considerar no democráticas las elecciones del 15 de junio, en base a cuyos resultados se formó la ponencia encargada de redactarlo.
Así las cosas, y dando por descontado que los cerca de quinientos concejales de Herri Batasuna electos el 3 de abril no acudirán a la asamblea de ratificación del Estatuto, entra dentro de lo posible la existencia de dos asambleas paralelas
En una rueda de prensa celebrada ayer en Bilbao por varios dirigentes de la coalición abertzale se definió a su asamblea alternativa como un «verdadero parlamento popular» y como «órgano de contrapoder popular», precisando que a ella serían invitados «todos los partidos y fuerzas representativas de la población vasca».
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