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El Gobierno laborista británico puede caer hoy

Veinticuatro horas antes del crucial voto de no confianza que afronta el Gobierno laborista británico, los cálculos más refinados predicen que el señor Callaghan se verá obligado a convocar elecciones generales anticipadas, a no ser que consiga dos votos más antes de las diez de la noche de hoy.

A pesar de que los tres diputados nacionalistas galeses han ofrecido finalmente su voto al Gobierno, a cambio de una legislación favorable a sus mineros enfermos, el pesimismo sobre la suerte del primer ministro deriva de que los protestantes del Ulster, excepto uno, parecen haber decidido alinearse con la oposicion conservadora, según se supo ayer en Belfast. El recuento de votos de uno y otro bando arroja una victoria de Margaret Thatcher de 314 contra 312, a salvo lo que los apostantes denominan aquí «comportamientos excéntricos de última hora».En el transcurso de su larga dependencia de los partidos minoritarios para sobrevivir, la imagen del Gobierno inglés ha ido perdiendo fuerza y credibilidad. Por eso voces importantes dentro del propio Gobierno presionan al primer ministro para que convoque el mes próximo a las urnas, sea cual fuere el resultado de la votación de hoy. Para quienes apoyan esta teoría, el deterioro que está sufriendo el Gabinete en su negociación cotidiana para mantenerse en el poder es superior a cualquier otro riesgo y puede comprometer decisivamente las probabilidades laboristas de obtener un nuevo mandato de cinco años.

Elecciones simultáneas

Otro sector del laborismo, en el que se incluyen la mayoría de los altos funcionarios del partido, considera más inteligente esperar por lo menos hasta el 7 de junio, haciendo coincidir las elecciones generales con las que han de celebrarse para el Parlamento Europeo. Esto daría al señor Callaghan la oportunidad de hacer de la CEE un tema mayor de la campaña. La actitud creciente mente crítica del Gobierno británico hacia la política comunitaria -en aspectos clave como el agrícola, el pesquero y el de su financiación- es en general muy bien vista por la opinión pública de un país ahora más convencido que nunca de que está recibiendo un trato injusto por parte de sus más poderosos vecinos comunitarios.Pero, con o sin el tema de la CEE como número fuerte de la campaña, los pronósticos sobre la suerte del primer ministro son mayoritariamente sombríos. Un elemento de consuelo para el señor Callaghan, derivado del aire electoral que se respira, es la colocación de los sindicatos en línea decombate. Las disputas laborales en curso, salvo la de los funcionarios públicos, están camino de solucionarse esta misma semana. Los poderosos mineros decidieron aceptar ayer la oferta de aumento salarial del Gobierno, y el secretario del mayor sindicato británico, el del transporte, ha entregado al tesorero del partido un cheque de más de veinte millones de pesetas para ayudar a cubrir los gastos electorales laboristas.

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