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Villanubla: el pueblo del cardenal primado espera la lluvia artificial

Villanubla es un municipio vallisoletano habitado por 1.054 personas que viven en medio del futuro y del recuerdo. Por un lado, el municipio será el escenario de una experiencia que podría ser revolucionaria para los campos castellanos: es allí donde va a ensayarse la posibilidad de obtener lluvia por métodos artificiales. Villanubla, por otra parte, es la cuna del primado de España y arzobispo de Toledo, Marcelo González Martín, cabeza visible de la ultraderecha eclesial española. A pesar de que es su hijo predilecto, Villanubla rompió un poco con don Marcelo cuando éste pidió el no a la Constitución del Estado y los habitantes de su pueblo respondieron afirmativamente en el referéndum del 6 de diciembre. Escribe Luis Miguel de Dios.

El proyecto para la intensificación de las precipitaciones (PIP), ensayo promovido por la Organización Meteorológica Mundial para conseguir lluvia artificial, ha convertido en noticia a Villanubla, un pueblo del páramo vallisoletano, que será el centro de las experiencias que durante varios años se llevarán a cabo en un área de 50.000 kilómetros cuadrados. Pero los 1.054 habitantes de la localidad viven de espaldas a las investigaciones y apenas se preocupan de los aparatos que se descargan y los estudios que se realizan a menos de cien metros de sus casas. Ni el PIP ni la base aérea, construida durante la guerra, abierta al tráfico civil en 1970 y convertida hoy en aeropuerto de Valladolid, han influido en el lugar. Los nublenses ya se han hecho al ruido de los pocos aviones que circulan por allí y las investigaciones sólo les sirven, muy de cuando en cuando, como motivo de charla en los corrillos de la plaza o en las tertulias de los bares. «Pero hombre si de eso técnicamente no entendemos, ¿qué vamos a decir? Lo importante es que no sea peligroso. Si luego hacen llover, mejor, aunque, ya se sabe, nunca cae agua a gusto de todos.» Las elecciones municipales, al igual que ocurrió hace un mes con las generales, tampoco han despertado la más mínima expectación. Interesa más saber qué ha dicho el cardenal Marcelo González, nacido en el pueblo y venerado por casi todos; si Javier Díez, el extremo derecho del Español, y otro de los que «tenemos famosos aquí», ha marcado un gol o se ha lesionado o si llegan noticias de José Luis Cortés Rodríguez, «el nieto de Emiliano», detenido en Argel e implicado en el atentado contra Antonio Cubillo, el líder del MPAIAC.«Durante la guerra dieron el paseo a veinte o treinta del pueblo, pero aquello, afortunadamente, parece olvidado. La gente -insisten los vecinos- no discute de política ni de nada por el estilo, cada uno andamos a lo nuestro a trabajar y a sacar cuatro perras de estas tierras, que cuesta lo suyo.»

Valladolid, para trabajar; el pueblo, para vivir

Villanubla es un pueblo, como todos los de la meseta, agrícola y ganadero. La tierra no es buena (a poco más de medio metro de profundidad ya se encuentra la piedra) y el agua está honda. El regadío no existe. Los cereales, sobre todo trigo y cebada, y las lentejas son la base de su economía. «Pese a estas circunstancias -indicó el oficial del Ayuntamiento, un zamorano que lleva 33 años en la localidad-, los labradores de aquí le sacan unas cosechas estupendas al campo, abonan mucho y bien y miman la tierra. La ganadería es el constante y necesario complemento de la agricultura. Cerca de 6.000 ovejas pastan en el término municipal de Villanubla y facilitan la materia prima a la única industria que existe, una fábrica, casi familiar, de quesos.

Influencia de la industrialización

Pero la importancia del campo ha ido decreciendo a medida que Valladolid, situada a sólo trece kilómetros, se industrializaba. El nublense optó por emigrar a la ciudad. En un principio se deshizo de sus propiedades y se compró un piso a orillas del Pisuerga. Hoy, ya no; prefiere acudir todos los días al trabajo desde el pueblo y residir en su lugar de origen. La mayor parte de la población joven de Villanubla se queda, actualmente, en la localidad, pero no labra las tierras de sus mayores. FASA-Renault y la construcción han absorbido toda la mano de obra que sobraba en la localidad.

A este fenómeno, el pueblo, que perdió entre 1945 y 1970 casi la mitad de su población, ha evitado la sangría humana. El censo de Villanubla se ha estabilizado desde hace unos años y tiende a aumentar, pese a que las canteras de piedra, otro de los pilares de la economía nublense, hace tiempo que desaparecieron. «Estaban situadas en los terrenos que hoy ocupa el aeropuerto, y cuando en la guerra hubo que ceder voluntariamente 304 hectáreas para que se levantara allí la base se perdieron para siempre. Además, hoy ya nadie sabe trabajar la piedra, los canteros están jubilados o han fallecido.»

La construcción de la base aérea motivó la detención durante cuarenta días de un grupo de agricultores que se negaron a transportar en sus carros piedras «porque les pagaban poco ». Corría el año 1938 y quizá los primeros huelguistas de la España franquista fueron arrestados a las pocas horas de conocerse su negativa. «Luego tuvieron que volver a acarrear piedra e incluso tenían que pedir permiso, no siempre concedido, si querían sembrar sus tierras.»

El suceso se recuerda hoy como una simple anécdota. El actual alcalde se sonríe cuando afirma: «Uno de los detenidos fue mi padre. Me acuerdo bien porque yo tenía doce años.»

El presidente de la Corporación municipal no se presentará a las elecciones. «Ya he llenado bien la cartera en estos años -dice, y vuelve a reirse-; ahora les cedo el turno a otros.» La mayor parte del pueblo deseaba que Pompeyo Gil -«ha sido muy eficaz y honrado, hombre»- se presentara a las elecciones, pero él ha preferido dedicarse a sus tierras y a su ganado.

Dos candidaturas

Dos son las candidaturas que pugnarán por la alcaldía de Villanubla el 3 de abril. Una, presentada por UCD, está integrada por siete agricultores; la segunda, llamada Grupo Independiente de Villanubla, engloba a sietejóvenes de diversa procedencia y situación. El cabeza de lista, yerno del presidente del Real Valladolid CF, trabaja en un banco, otros dos en FASA. Hay, además, una maestra y dos estudiantes de Derecho. «Los principales problemas que se les plantearán a los nuevos son, sobre todo, terminar la pavimentación del pueblo y mirar a ver si consiguen construir un polideportivo para que los chavales jueguen a gusto, y no en la calle, como tienen que hacerlo ahora», señalaron varias personas.

La industrialización -«aunque no vendría mal, claro que no»- no se considera esencial. La creación de bibliotecas, tampoco. «La gente lee muy poco. Llegan cansados de trabajar y con la tele les basta.» La falta de diversiones no parece preocupar a casi nadie. «Hay una discoteca muy buena, mire; viene gente de los pueblos de alrededor y todo, y Valladolid queda a un tiro de piedra para si quieres ir al cine, al fútbol o a otra cosa; en diez minutos, dándosete muy mal, te plantas en la capital.»

Las elecciones municipales no van a significar ningún cambio vital para Villanubla. UCD ganó las generales (290 votos, por 95 del PSOE; 61 de CD; 28 de UN, 25 del PCE; más 163 abstenciones y algunos votos más, diseminados entre otros partidos), pero eso para muchos no cuenta. «Ahora se votan personas, y aquí nos conocemos todos.» El cambio político tampoco se ha notado demasiado, aunque en el último referéndum, pese a la proclama del cardenal primado, se dio mayoritariamente el sí a la Constitución. Esa vez, Villanubla no siguió a su hijo predilecto. Sin embargo, dos retratos del arzobispo de Toledo (a quien el pueblo regaló un báculo, comprado por suscripción popular, de mayores dimensiones que los de los Reyes) cuelgan de las paredes del Ayuntamiento provisional, instalado en una sala de un grupo escolar que se llama, precisamente, Marcelo González Martín.

Mañana: Campo de Gibraltar (Cádiz)

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