Una encíclica reaccionaria

«La primera encíclica del papa Juan Pablo II no da una imagen clara del nuevo jefe de la Iglesia católica romana. ( ... ) Su defensa de los derechos humanos y su juicio condenatorio de todos los regímenes totalitarios de derecha y de izquierda merece nuestra aprobación. Pocos Papas antes que él han adoptado una actitud tan decidida y valiente. Pero cuando se refiere a los problemas internos de la Iglesia, acepta apenas el principio de la colegialidad del Concilio Vaticano II pero la colegialidad queda limitada a los obispos. Los sacerdotes y los laicos no tienen intervención alguna en el gobierno de la Iglesia. Las concepciones del Papa sobre la misa, la confesión, el divorcio y el celibato eclesiástico dan la impresión de que son ideas integristas, anteriores a la época del Concilio Vaticano II. ( ... )» 17 marzo