Historia del 8 de marzo
El origen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se remonta a 1910. En la época de pleno funcionamiento de la II Internacional se convocó en Copenhague una reunión de mujeres socialistas en la que la revolucionaria alemana Clara Zetkin propuso celebrar el 8 de marzo en recuerdo de la muerte de 129 obreras que aconteció dos años antes en el incendio de la fábrica textil Cotton, de Nueva York. Las mujeres estaban encerradas para apoyar sus reivindicaciones, laborales: una jornada de trabajo de diez horas, igual salario que los hombres y mejora de las condiciones higiénicas. Sobre el incendio que acabó con sus vidas se dijo que había sido provocado por el propio dueño de la factoría algodonera.El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebró por primera vez en 1911, en Alemania, Austria y Suiza, y en 1913 en Rusia, de forma clandestina, bajo el régimen zarista. Cuatro años más tarde, en Petrogrado, miles de mujeres salieron a la calle para pedir pan. Desde entonces, el 8 de marzo se ha conmemorado en diversos países con manifestaciones, marchas, proclamación de reivindicaciones y todo tipo de actos públicos.
En España, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebró por primera vez el año pasado, como una fiesta recuperada por el movimiento feminista en fase de expansión, que encontró el ella un buen motivo para tantear los principales problemas de la mujer en el campo laboral.
Seis mil personas, en Madrid; 5.000, en Barcelona, y unas 2.000, en Bilbao, se manifestaron en apoyo de los derechos de la mujer y en numerosas ciudades españolas se celebraron diversos actos conmemorativos de ese día, anunciado como una jornada de lucha feminista, convocados por la asamblea estatal de organizaciones feministas del Estado español, a la que se sumaron Comisiones Obreras, Unión General de Trabajadores, Unión Sindical Obrera, Sindicato Unitario y la comisión de mujeres en paro.
La plataforma de organizaciones feministas de Madrid repartió una manifiesto en el que se pedía la amnistía para las encarceladas por delitos específicos de su sexo e información sexual, anticonceptivos y aborto libre y a cargo de la Seguridad Social.
El programa de reivindicaciones laborales que se exigían para la mujer -lucha contra el paro femenino, creación de servicios colectivos que faciliten el acceso de la mujer al trabajo asalariado, igual salario a igualdad de trabajo, formación profesional, etcétera-, idénticas a las que se reclaman este año, demuestran lo poco que se ha avanzado en este terreno y la insuficiencia de las esporádicas demostraciones populares a la hora de conseguir mejoras sociales concretas.
A las manifestaciones programadas para el 8 de marzo de este año se han sumado otras organizaciones que no pertenecen exactamente a grupos de mujeres, como por ejemplo el Front d'Alliberament Gay de Catalunya (FAGC), que ha anunciado su apoyo a las feministas que se van a manifestar hoy en toda España.
La jornada de hoy, ya en el ámbito específico de las organizaciones feministas, tiene un marcado carácter unitario a la vez que supondrá un reto evidente al nuevo Parlamento, del que las organizaciones que convocan la jornada esperan el que garantice la igualdad de los ciudadanos.
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