Los GRAPO, otra vez
FUENTES OFICIOSAS atribuyen a los GRAPO el asesinato del general de brigada Muñoz Vázquez ayer en Madrid. Un general de Intendencia, de edad avanzada, sin protagonismo especial dentro de la Administración militar y, por tanto, sin particulares cauciones sobre su persona. Así, una vez más, los GRAPO, bien actuando como entidad propia, bien como subarrendatarios madrileños de ETA para crímenes de fácil ejecución, vuelven a depararnos un crimen gratuito y sin explicación posible. Este tipo de asesinatos como maniobra política de provocación dejan de ser efectivos cuando se producen con tan mortal monotonía y cuando el terrorismo se aplica en forma tan indiscriminada y sobre tan diversos estamentos sociales. La indignación no es parcelable durante largos períodos de tiempo, y el «mensaje» que ya se recibe del terrorismo español no es un golpe sobre el Ejército, la Magistratura, las Fuerzas de Orden Público, la prensa, etcétera, sino el avasallamiento sangriento a que someten a una sociedad que ya se autogobierna con libertad.Los GRAPO, según su propia literatura política, nacieron el primero de octubre de 1975, como represalia por el fusilamiento de cinco militantes del antifranquismo. Uno de los condenados a muerte en aquel trágico otoño (después indultado) acaba de perder un escaño en las Cortes tras unas elecciones en las que ha podido exponer libremente su ideario. Sólo este dato haría muy dificultosa para los GRAPO la explicación política -y hasta la mera reivindicación- de este nuevo asesinato.
Pero a la postre es irrelevante el apellido político de los asesinos y urge dar auténtico estado parlamentario al tema del terrorismo. UCD podrá formar un Gobierno monocolor y arrumbar la práctica del consenso en todo menos en este tema. Con cuatro escaños en el Parlamento ganados por los amigos políticos de ETA militar es preciso un gran pacto nacional antes de caer en la gran red que los terroristas están tendiendo y que puede llegar a obligar a nuestros jueces a pedir suplicatorios para ordenar la detención de los criminales políticos.
Desde el punto de vista operativo nada cabe ya decir tras la clarísima defensa hecha por el ministro del Interior del jefe de la brigada antiterrorista. Habrá que esperar a que el sustituto del señor Martín Villa tenga mayor habilidad para escoger ni más ni menos que al jefe de los policías que persiguen el terrorismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.