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Los soviéticos eligen hoy su Parlamento de 1.500 diputados

Los soviéticos acuden hoy a las urnas en «una votación histórica». Por vez primera, desde que se aprobó la Constitución de 1977, «manifiesto -del socialismo en desarrollo», el órgano superior de poder de la URSS, el Soviet Supremo, va a ser renovado. Mil quinientos diputados formarán el Parlamento, compuesto por dos cámaras, el Soviet de la Unión y el Soviet de las Nacionalidades. Nuestro corresponsal en Moscú, Ismael López Muñoz, informa sobre los preparativos de las elecciones.

Para Yaskov, maquinista de locomotoras, candidato al Soviet de la Unión, no tuvo ninguna importancia que en su mitin de hace pocos días, celebrado en la Casa de los Arquitectos, con asistencia de medio millar de personas, algunos de los presentes estuvieran leyendo novelas; otros, el periódico de la tarde, y más de uno se hubiera quedado dormido. Lo importante había pasado ya, los actos de las últimas jornadas no han sido sino una cortesía para los electores, que votarán indiscutiblemente, porque no hay otro candidato.Durante meses, en las empresas, en las organizaciones sociales de la región moscovita de Krapieskaya, se ofreció la biografía, vida y milagros, de un honesto trabajador de 52 años que, cuando aún no había cumplido los quince, ya era distinguido tractorista. Después se hizo chófer y, por último, se puso a trabajar en el depósito de locomotoras de Moscú. Volvió a empezar desde abajo, de ayudante de maquinista, pasó, después de veinte años, a maquinista de primera. Su tren -porque lo considera ya como algo suyo- hace la línea Moscú-Viatka, y la preocupación social de Yaskov, demostrada a lo largo de su vida, le valió la orden de Lenin y la medalla de héroe del Trabajo. Su último logro fue conseguir, el pasado año, cumplir el plan previsto, adelantándose en tres meses a las cifras estatales del Gosplan. En reuniones con trabajadores, se discutió mucho su personalidad, tuvo pocos detractores y salieron ganando los que le hacían la propaganda más eficaz. Para la elección de candidatos al Soviet Supremo no es necesario pasar por ninguna clase de urna.

Después de las discusiones democráticas, suele haber consenso entre los representados y, por unanimidad, queda proclamado candidato. Así de fácil. De los 1.500 candidatos que serán votados figuran, junto a las personalidades más relevantes del partido y del Gobierno, los más destacados del arte y de la ciencia, junto, también, a personajes de condición social y trabajos humildes. En el Kremlin se sentarán próximos el académico Alexandrov, presidente de la Academia de Ciencias de la URSS, y un pastor kazajo, Zharas Ospenbekov, que representa el pequeño koljós de Dlakainarski.

El candidato Yaskov, maquinista de locomotoras, «cuya vida es ejemplo para cada soviético, por su dedicación a nuestra sociedad, quien además de su trabajo en el depósito de locomotoras dedica gran parte de sus horas al trabajo social», no tiene, en razón de su cargo de diputado, ningún privilegio. No cobrará otro sueldo y seguirá viviendo en un apartamento de dos habitaciones, que comparte con su mujer y su hijo, en 31 metros cuadrados. Dispone de coche y una dacha con una hectárea de terreno, que le proporciona la empresa. Su presentación al Soviet Supremo no le supone ningún gasto. El Gobierno sufraga los quince millones de rublos, unos 180 millones de pesetas, que se utilizan en la propaganda de carteles, posters con la efigie de los candidatos y en los actos de presentación a los electores.

Para nadie hay trato de excepción. La publicidad de Brejnev es idéntica a la editada con la imagen del pastor kazajo. El actual jefe del Estado ha sido el político más veces propuesto por los diferentes organismos sociales y de trabajadores. Al final se decidió que se presentase por la región moscovita de Bauman, si bien en todas las repúblicas se hizo mención y se solicitó la posibilidad de presentar su candidatura.

Comunistas y sin partido

No todos los diputados son miembros del PCUS. En la actual legislatura que termina hoy, algo más de cuatrocientos eran considerados como «sin partido», lo que significa que no tenían el carnet del PCUS. Más del 50% de los diputados son reelegidos y entre éstos el escritor Mijhail Sholojov bate el récord, ya que es diputado al Soviet Supremo en todas las legislaturas y ahora, por décima vez, también es candidato. Por novena vez se presenta el decano de los poetas soviéticos, Tijonov.Los encuentros con los electores no tienen la publicidad propia de los países occidentales. Aquí todo está matizado oficialmente. Nadie espere encontrar en la Unión Soviética otros carteles y fotos de los habituales. «Por la victoria del marxismo-leninismo» o «Viva el Partido Comunista de la URSS».

Con los diputados que serán elegidos, hoy, de los que número y nombre están predeterminados, no puede haber ninguna sorpresa, aunque pueden dejar de ser candidatos si el electorado lo solicita. En los últimos veinte años doce diputados sufrieron esta situación. El pueblo que había votado perdió su confianza y no estuvo de acuerdo con la gestión realizada.

Y poco más. Dentro de pocas horas funcionarán en todo el país 175.000 comisiones electorales que nos darán los datos más precisos sobre las elecciones. El pueblo está preparado para esa gran fiesta. No se puede asegurar que a nivel popular exista un ambiente preelectoral. Lo que no parece ofrecer dudas es que mañana la mayoría de la población votará. Frente a la ventana del despacho donde trabajo, unos obreros ponen el último cartel de la campaña: «Gloria al gran pueblo soviético».

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